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Las bajas temperaturas necesarias para mantener las dosis en condiciones es un tema a resolver por la logística.TWITTER/@pfizer_spain

Vacuna de Pfizer: el gran desafío es la conservación y distribución global a 70 grados bajo cero

Ecuador ya ha realizado pedidos de dosis de vacuna a la farmaceútica, pero tiene un gran reto por delante para el almacenamiento de la misma

Desde el anuncio de Pfizer sobre la eficacia de su vacuna contra el COVID-19, una ola de interrogantes han surgido en torno a los retos de la posible producción y distribución de la misma. Y no es para menos.

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El coronavirus ha afectado a casi todo territorio en el planeta, a unos en menor y a otros en mayor medida, por eso la pregunta es si los prototipos que ahora están a la delantera en la carrera por una cura para el coronavirus, podrán llegar a todas las zonas afectadas.

La realidad es que, en el caso de Pfizer, más allá del reto que supone producir miles de millones de dosis, el verdadero desafío está en su distribución y conservación

La vacuna está basada en una tecnología innovadora, que consiste en inyectar en el organismo instrucciones genéticas llamadas ARN mensajeros, que dictan a las células qué deben fabricar para luchar contra el coronavirus. El problema está en que estas vacunas deben conservarse a temperatura muy baja, a - 70 ºC en el caso de la de Pfizer/BioNTech, lo que puede suponer un reto industrial de logística para su distribución al mundo entero.

“Es un problema”, señaló Bruno Pitard, director de investigación del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, para quien este modo de conservación es necesario puesto que el “ARN es una molécula muy frágil”.

BioNTech aclaró el martes que una vez se saca la vacuna de los congeladores especiales, las dosis pueden conservarse durante 5 días en una nevera clásica, entre 2 y 8 ºC. Ello hará necesario que la logística reduzca al mínimo el margen de error para lograr que el material llegue en el momento justo y no quede almacenado tiempo de más en condiciones insuficientes.

Pero esta odisea no solo es un desafío para los productores, sino también para los países interesados en adquirir la vacuna, ya que deberán optimizar o construir desde cero sus redes de producción, almacenamiento y transporte de ultracongelación. Incluso para los países ricos la entrega de la vacuna de Pfizer implicará obstáculos considerables por los contratiempos que se puedan presentar. No se diga entonces en los países en vías de desarrollo.

Es probable que el requisito de temperaturas extremadamente frías provoque el deterioro de muchas vacunas

Michael Kinch, especialista en vacunas de la Universidad de Washington en St. Louis

“Su producción es costosa, su componente es inestable, también requiere transporte en cadena de frío y tiene una vida útil corta”, advirtió Ding Sheng, director de Global Health Drug Discovery Institute con sede en Beijing, que ha recibido financiación de la Fundación Bill & Melinda Gates.

Otro tema que mantiene alerta a las autoridades sanitarias es la necesidad de una capacitación masiva de paramédicos para administrar las dos dosis, especialmente en áreas rurales donde el estado tiene menor presencia.

Para tratar el tema de la temperatura, Pfizer ha diseñado una caja especial para transportar su vacuna. Estos dispositivos podrán contener un par de cientos de ampolletas de vidrio, con diez a veinte dosis de la vacuna en cada una. Las cajas están equipadas con sensores de temperatura con GPS que le permitirán a Pfizer saber dónde se ubican las cajas y qué tan frías están. Si no está suficientemente bajo, los trabajadores pueden añadir hielo seco.

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En conclusión, el precio resultante para acceder a las dosis puede ser demasiado elevado para muchos países en desarrollo.

La farmacéutica ya tiene pedidos de algunos países en desarrollo como Perú, Ecuador y Costa Rica. No está claro cuán ampliamente planean esos países distribuir las inyecciones, pero sus pequeños pedidos de menos de diez millones de dosis sugieren un despliegue limitado.