Para el año 2023 se aspira a que un tramo del tren de Ecuador empiece a operar, según las expectativas del Gobierno Nacional, tras el fin de sus operaciones en 2020 luego de 10 años de haber estado en marcha. Hoy se cuestiona si el régimen de Guillermo Lasso cumplirá su promesa de campaña del 2021 de rescatar el ferrocarril, para que sea una nueva opción de transporte, turismo y carga.

Darío Herrera, ministro de Transporte y Obras Públicas, entidad encargada de todo el sistema del tren tras la liquidación de Ferrocarriles del Ecuador Empresa Pública (FEEP EP), conversó con EXPRESO y manifestó que el traspaso de bienes ya está en un 98 % y que el próximo año el Gobierno invertirá dinero para reactivar el tramo Alausí-Sibambe (de 11,8 kilómetros) y que progresivamente se haría lo mismo con los tramos Quito-Boliche, Ibarra-Salinas, Riobamba-Urbina, Tambo-Coyoctor y Durán-Bucay. Pero se pretende analizar una inversión público-privada para estos trayectos.

“Buscamos un modelo de gestión que sea sostenible en el tiempo. Tenemos tres empresas interesadas, dos con las que ya hemos tenido conversaciones. No puedo revelar nombres por confidencialidad. Son muy grandes. Una de ellas va a venir ahora en enero y la otra ya estuvo hace un par de semanas”, dijo el ministro.

Agregó que las compañías interesadas buscan la concesión de operación y que el Estado se haga cargo del mantenimiento de la red ferroviaria, pero “estamos en conversaciones, porque el Estado tampoco es un experto en una red ferroviaria”, expuso Herrera.

Para el colectivo Tren Ecuador, conformado por personas civiles de localidades por donde pasa la línea del ferrocarril que están interesadas en la reactivación del sistema, existe preocupación por el tiempo que tome la rehabilitación, el uso que se le dé al ferrocarril y si realmente se tendrá un sistema óptimo.

Inginio Castillo, vocero de este grupo que nació en 2020 en San Lorenzo (Esmeraldas) e Ibarra (Imbabura), explica que una reactivación del sistema debe beneficiar a las comunidades por donde pasa la línea férrea y no solo a grupos exclusivos. “Necesitamos que el Gobierno ahora ya pueda definir el modelo para reactivarlos y los socialice, que se tome en cuenta a los sectores. Queremos sentarnos con el ministro y que nos transparente todo y conocer cómo se conservan los bienes”, señaló Castillo

Ante ese tema, el ministro Herrera explicó que tras una consultoría realizada con respaldo del Banco Interamericano de Desarrollo, se determinó que el tren sería turístico y que anualmente se designan $ 3,4 millones para el mantenimiento de los bienes.

De acuerdo con un informe técnico de febrero del 2022 colgado en el portal web del Ministerio de Transporte, el valor de todo el sistema del tren ha tenido variaciones desde la extinta Empresa Ferrocarriles Ecuatorianos (EFE). Inicialmente fue de 378 millones de dólares, pero pasó a 263,8 millones.

“Desde el año 2016, no se registran procesos de rehabilitación o ampliación del tendido ferroviario. El valor actual considera la depreciación aplicada como política contable del 1 % anual, considerando una vida útil de 100 años”, se justifica en el documento. El tren tiene 965,6 km aproximadamente de línea férrea, que atraviesa las provincias de Carchi, Esmeraldas, Imbabura, Pichincha, Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo, Cañar, Azuay y Guayas. 

Hasta agosto del 2021 había 118,9 km operativos, 387,2 km no operativos y otros 459,4 km fuera de servicio o abandonados. Estos últimos son aquellos que en su momento no fueron tomados en cuenta dentro del Proyecto de Rehabilitación del Sistema Ferroviario de los años 2010 y 2013, o que desde hace mucho tiempo se encontraban abandonados.

El sistema del ferrocarril cuenta con tres trenes, uno de ellos a vapor.