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DIANA SALAZAR Y ANNABELLA AZIN
La exfiscal Diana Salazar y la asambleísta y madre del presidente, Annabella Azín.EXPRESO

El porotazo de Diana Salazar y Annabella Azín, a pesar de sus bemoles

Análisis | Ambas hacen que pierdan peso las acusaciones sobre el contenido ideológico de sus propuestas para la Constituyente

Se llama “Gambito de Rey” y, en ajedrez, es la partida más agresiva y rápida para acorralar al rey negro y asestarle el jaque mate. Eso fue exactamente lo que el presidente Daniel Noboa hizo al anunciar a dos de sus tres candidatos a la Asamblea Constituyente: la exfiscal Diana Salazar y su madre, Anabella Azín de Noboa.

Con sus activos y pasivos, las candidaturas de estas dos figuras son un golpe maestro en la campaña para la consulta popular del domingo 16 de noviembre. Colocar a su madre como candidata nacional y a la célebre exfiscal como candidata por Pichincha es, sobre todo, un brillante y audaz acto proselitista: mucho más que una definición ideológica sobre cuál será su propuesta constitucional.

El lado positivo de las posibles candidaturas de Diana Salazar y Annabella Azín

La candidatura de Salazar es una apuesta inteligente para Noboa: le da legitimidad y narrativa al proceso constituyente y, sin duda, agradará al electorado más crítico del país, es decir, al de la Sierra y, sobre todo, al de Quito. Su perfil es el de una mujer que, a pesar de sus orígenes humildes y de vivir en un país terriblemente racista, logró resistir todas las amenazas y conspiraciones del correísmo y de la narcopolítica, y persiguió a los corruptos, especialmente en el caso Sobornos, con el que sacó del escenario electoral a Rafael Correa.

Esos antecedentes convierten a Diana Salazar en un emblema del anticorreísmo, con lo cual Noboa no solo gana la adhesión de sectores profundamente anticorreístas -que incluso ya lo estaban empezando a ver mal por su autoritarismo-, sino que también ahuyenta el temor de muchos sectores de que el noboísmo pacte con el correísmo un acuerdo constitucional a cambio de la impunidad de sus jerarcas presos, prófugos o procesados.

La candidatura de Anabella Azín tiene un significado complementario, que también forma parte de la estrategia con la que Noboa arranca la semana previa a la consulta. Azín es popular y querida por amplios sectores del electorado costeño, lo que complementa la fortaleza de Salazar en la Sierra. Su imagen es, sin duda, excelente. Poner a dos mujeres encabezando las listas es otro acierto de la movida, que multiplica las posibilidades de un triunfo el domingo.

Daniel Noboa
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa.X de Daniel Noboa

Las desventajas de traer a Diana Salazar y a Annabella Azín a la Constituyente

Sin embargo, no todo será fácil. Salazar y Azín también tienen sus pasivos políticos. La exfiscal, por ejemplo, deberá explicar al país algo de lo que casi no se habló al final de su ejercicio como fiscal y que, sin duda, es muy grave: su decisión de separarse del cargo la tomó más de un año después de haber recibido el beneplácito de Argentina para ser embajadora del Ecuador en ese país. Es decir, siguió en funciones como fiscal teniendo un compromiso con el gobierno de Noboa, del que nadie tenía conocimiento.

El beneplácito le fue otorgado el 29 de enero de 2024 y su nombramiento, el 21 de mayo de 2025, es decir, bastante más de un año después. Su renuncia fue el 20 de mayo de 2025, apenas un día antes de su nombramiento. ¿Cómo es posible que haya mantenido su independencia frente al gobierno durante más de un año al frente de la Fiscalía? Esa duda hará ruido en la mente de muchos electores, más aún por el hecho de que no fue honesta y nunca transparentó su intención -ni la del gobierno- de ir a la Argentina.

Si bien es cierto que la vida de Salazar y de su familia corría un inmenso riesgo por su combate a la narcopolítica, también lo es que, por honestidad y pudor, bien pudo guardar las formas y aceptar el cargo de embajadora solo después de haber renunciado a la Fiscalía. Este hecho, posiblemente, será aprovechado por sus adversarios y enemigos, como el prófugo Rafael Correa.

Anabella Azín también tiene sus pasivos: el hecho de ser la madre del presidente y principal interesado en el proceso constituyente puede perjudicarla, sobre todo entre quienes piensen que hará lo que su hijo le pida.

La candidatura de Niels Olsen, en cambio, tiene más pasivos que activos. Que Noboa lo haya colocado como principal en Guayas hará pensar a muchos sectores que el resto de candidaturas serán las de los actuales asambleístas que integran una de las peores y más obsecuentes legislaturas de las que se tenga memoria.

En todo caso, la presencia de Salazar y Azín hará que, en la campaña, pierdan terreno las acusaciones mutuas entre los sectores del Sí y del No por el contenido ideológico de sus propuestas y gane, más bien, el peso de la imagen de ambas. El tiempo lo dirá, aunque hay muy poco tiempo: a lo mucho, una semana.

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