La salida de Marcela Aguiñaga de la Revolución Ciudadana marca un punto de inflexión en la estructura política del movimiento.
La salida de Marcela Aguiñaga de la Revolución Ciudadana marca un punto de inflexión en la estructura política del movimiento.Cortesía

El plan político de Marcela Aguiñaga sin RC: ¿Qué figura la reemplaza en Guayas?

Tras la salida de Marcela Aguiñaga, la Revolución Ciudadana aseguró que “nadie es imprescindible”

La salida de Marcela Aguiñaga de la Revolución Ciudadana marca un punto de inflexión en la estructura política del movimiento en la costa. Su renuncia, presentada el 3 de diciembre, abrió preguntas sobre el reacomodo interno y el liderazgo territorial en una de las provincias más estratégicas para la Revolución Ciudadana (RC).

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Aguiñaga, quien durante años fue una de las voces más visibles del correísmo en Guayas, ha optado por impulsar un proyecto político propio, distanciado de la línea orgánica del movimiento. Aunque no ha detallado públicamente los alcances de su nueva ruta, sus declaraciones apuntan a la construcción de un espacio que busca mayor autonomía y una agenda que, según ha dicho, responda más directamente a las demandas locales.

Para Pamela León Andriuoli, consultora y máster en comunicación política, la lectura no es que Aguiñaga simplemente se fue, sino que la Revolución Ciudadana perdió el control sobre una de sus vitrinas territoriales más importantes fuera de Quito y Manabí. "¿Quién podría reemplazarla? Existe un vacío evidente, pues el movimiento no cuenta con otra figura con voto propio en Guayas —y vale la pena investigarlo, pero todo apunta a que es así—. La Prefectura era su único bastión institucional fuerte en la costa", aseguró. 

MARCELA AGUIÑAGA Y RAFAEL CORREA
Marcela Aguiñaga fue ministra de Estado en el gobierno de Rafael Correa.ARCHIVO: MARCELA AGUIÑAGA

Y agrega: "nadie dentro de la organización combina reconocimiento público, control burocrático y capacidad de operación territorial como lo hacía Aguiñaga. Esto podría representar un problema estratégico para el correísmo, que ahora enfrenta el desafío de construir una nueva figura; un proceso que requiere tiempo, estructura y liderazgo". 

Por su parte, el analista político César Febres Cordero apunta al manejo a la interna con los ideales del expresidente Rafael Correa: "creo que este será, sin duda, un punto de debate interno: definir si el movimiento optará por una línea dura o por una figura más moderada. Si se inclinan por el ala más rígida, cercana a posiciones como las de Luisa González, buscarán a alguien en Guayas que imponga disciplina. Esa decisión podría generar fricciones con Aquiles Álvarez", advierte.

"Si, en cambio, eligen a un perfil moderado, se apostaría por una lógica de conciliación, aunque no necesariamente con el Gobierno. Parte del distanciamiento con Marcela Aguiñaga surgió justamente porque ella mantuvo diálogos amplios, incluso con actores considerados adversarios del correísmo, como Luis Durán Esteban, e incluso con el gobierno de Daniel Noboa", señala Febres Cordero.

Por lo tanto, el movimiento deberá decidir entre un punto medio o una figura radical alineada estrictamente con la directiva del buró político y "con la orientación de Rafael Correa, es decir, una postura más militante y confrontativa", señala. 

¿Cuál es el siguiente paso de Marcela Aguiñaga?

"Respecto al plan político de Aguiñaga fuera de la Revolución Ciudadana, la respuesta más amplia es que busca construir una identidad propia, más pragmática. ¿Qué significa esto? Su discurso de salida no fue emocional, sino calculado", explica León.

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La provincia de Guayas se convierte nuevamente en el epicentro de disputas por el control territorial, donde el correísmo deberá demostrar su capacidad de renovación sin una de sus figuras históricas. En paralelo, la evolución del proyecto político de Aguiñaga será clave para entender cómo se redistribuirán las fuerzas en la antesala de las próximas contiendas electorales.

"Tomó distancia del correísmo sin romper con su electorado natural. Reivindicó la idea de que la gestión pública está por encima de la ideología y evitó migrar de inmediato a otro partido para no proyectar oportunismo. Sin embargo, dejó abierta la posibilidad de alianzas moderadas o nuevas plataformas", manifiesta. 

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