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La dirigencia de Pachakutik en la Costa apoya la precandidatura presidencial de Yaku Pérez, mientras que la dirigencia de Cotopaxi apoya la de Leonidas Iza.MARCOS PIN / API

Pintando de realidad al espejismo de las primarias

Organizaciones políticas con más de un precandidato presidencial. ¿Abrirse o aparentar democracia interna? En agosto deben proclamar sus candidaturas

Son o aparentan. Llama la atención que algunas organizaciones políticas invoquen la democracia interna al presentar varios precandidatos para la postulación oficial a la Presidencia, cuando en procesos anteriores y a estas alturas de la carrera electoral ya tenían un nombre escogido y sin nadie al interno que le haga sombra.

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Natali Becerra, consultora en Comunicación Estratégica y Opinión Pública, se va por la segunda opción: aparentan. “Es una cuestión de mostrarse como partidos reales y fuertes que toman en cuenta sus bases cuando históricamente vemos que hay un liderazgo y punto”.

No es un problema de ahora, cuestiona la experta, sino que viene arrastrándose por cómo están concebidas las bases de las organizaciones políticas en el país: un gran pilar que es el líder o lideresa. Cuando esta figura desaparece (físicamente, de la política activa o abandona el partido) la organización queda a la deriva y destinada al olvido. Ejemplos, hay muchos.

Al haber liderazgos internos un poco débiles puede provocar rupturas y malentendidos al interior. Primero, fortalecer los partidos, los liderazgos internos para llevar a cabo estas primarias.

Natali Becerra, consultora en Comunicación Estratégica y Opinión Pública.

Si el origen no se cambia, a criterio del expresidente del Tribunal Contencioso Electoral (ahora Consejo Nacional Electoral), Medardo Oleas, difícilmente las organizaciones políticas del país van a experimentar procesos reales de democracia interna, con debates de posturas entre propios, con disidencia de altura sin que esta derive en rupturas, celos o resentimientos. “Las precandidaturas que se lanzan ahora es para ver el impacto en la sociedad a efectos que en las elecciones internas simplemente se postule a ese candidato y sea el nominado. Es una práctica política al no tener una verdadera estructura consolidada”.

Que surjan esta serie de nombres o precandidatos responde a que no se logra consolidar un candidato que tenga una opción válida o que logre agrupar a un sector.

Medardo Oleas, expresidente del Tribunal Contencioso Electoral.

El consultor político, Pablo Jaramillo, tiene otra mirada. Cree que estas precandidaturas son una forma de encender los motores dentro de las organizaciones políticas desde varios frentes. Iniciar y acercar el debate político a las bases ante una nueva cotidianidad marcada por el coronavirus. “Hay un ánimo de generar una discusión interna. Eso estoy seguro. Lo que le interesa al partido es ganar y llegar al poder, y para hacerlo tiene que tomar en cuenta al ciudadano”.

Es una forma de acercarse a los electores, iniciar procesos internos, de debate… Puede haber resultados interesantes. Todo lo que vemos en estos meses es inédito.

Pablo Jaramillo, consultor político.

Becerra considera que organizaciones políticas con liderazgos formados por años y cuya voluntad radique en las bases y no en un grupo minúsculo de personas se podrá observar un cambio, pero al largo plazo. Sin embargo, a Oleas le preocupa el corto plazo. Teme ver un gran abanico de nombres en la papeleta presidencial que lleve a un próximo gobernante a llegar al sillón de Carondelet con un porcentaje reducido de voluntades en la primera vuelta, y a una Asamblea Nacional con tantos colores que la aprobación de leyes se convierta en un dolor de cabeza. Faltan menos de siete meses para saberlo.