Silencio y ataque. La fórmula del movimiento indígena, y su brazo político Pachakutik, a la hora de lidiar con los medios de comunicación parece poco conciliadora y transparente. La última carta del partido político sobre la reunión entre Yaku Pérez y el juez del Tribunal Contencioso Electoral (TCE), Ángel Torres, es solo una muestra de la reacción ofensiva que caracteriza a la organización.

En la comunicación oficial de Pachakutik, que llegó más de diez horas después de la publicación sobre la reunión en el medio digital La Posta, se acusa a los periodistas de actuar por intereses políticos y de querer afectar el espíritu de la lucha indígena por la transparencia. No se menciona, sin embargo, explicaciones sobre la cita que va en contra de la legalidad en el momento electoral.

Andersson Boscán y Luis Eduardo Vivanco reaccionaron en redes sociales cuestionando que la carta de respuesta oficial de la agrupación política no explique la anomalía sino que señale al ‘mensajero’. Ellos recibieron el respaldo de sus colegas y de Fundamedios.

La respuesta en Twitter fue similar. Lejos de la actitud armónica y de diálogo que plantea Yaku Pérez, su compañera sentimental, Manuela Picq, utilizó su cuenta para cuestionar a los periodistas que expusieron el encuentro en un edificio del norte de la capital.

La actitud reflejada en la misiva -que recuerda a las rectificaciones del gobierno del expresidente Rafael Correa- habla de intereses políticos y no es la única muestra del ataque como defensa. En febrero, Marlon Santi, titular de Pachakutik, se negó a responder preguntas durante una entrevista en vivo en Pichincha Universal, radio dirigida por la Prefectura de la provincia. Él cortó abruptamente su transmisión por Zoom luego de ser agresivo con el entrevistador.

Hay más muestras. La más grave (quizás) se vio durante la protesta indígena que terminó en actos violentos durante octubre de 2019. Dirigentes de la Conaie, como Jaime Vargas, retuvieron a un grupo de periodistas en el Ágora de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, en Quito, para que “transmitan la verdad de lo que está pasando en la protesta indígena”.

En ese episodio, incluso se agredió al periodista de Teleamazonas, Freddy Paredes.