
El papa León XIV iba al gimnasio pero ni su entrenador sabía que era cardenal
Valerio Masella se enteró de que su alumno era religioso cuando lo vio salir al balcón de la basílica de San Pedro
"En el gimnasio nadie sabía que Robert (Francis Prevost), ahora León XIV, fuese un cardenal, tampoco yo que lo entrenaba", aseguró Valerio Masella en una entrevista publicada este sábado por el diario italiano 'Il Messaggero'.
Masella fue sorprendido cuando su alumno apareció ante la plaza de San Pedro del Vaticano erigido como nuevo pontífice. "Lo reconocí cuando apareció en San Pedro", dijo el entrenador.

Papa León XIV fue al gimnasio por casi dos años
Según cuenta Masella, de 26 años, fue el instructor que siguió durante casi dos años a Prevost en un gimnasio anexo del Vaticano donde el ahora pontífice iba a entrenarse cada semana desde 2023.
Según agrega, el nuevo papa, de 69 años, "era más bien constante en los entrenamientos" y solía entrenar "una buena hora" en cada ocasión que iba al gimnasio. "Era preciso, venía dos veces por semana, a veces hasta tres", explica.
"Siempre lo veía llegar por la mañana, los horarios también podían cambiar. A veces era más temprano, a veces a media mañana. Creo que tenía que ver con citas de trabajo, aunque nunca hablamos de ello y nunca le pregunté", agrega.
El nuevo papa hablaba "poco o nada" durante el entrenamiento. "Era muy reservado, aunque siempre muy amable y sonriente", y "de vez en cuando teníamos algunos intercambios. Me contó que practicó muchos deportes de niño y que le apasionaban varias disciplinas", explica Masella.
Según añade, nunca llegó a pensar que Prevost fuera cardenal, y de hecho pensaba que era un profesor o académico.

Este entrenador remarca que "para su edad", el ahora papa tiene "una forma física excepcional, propia de alguien que nunca dejó de hacer deporte, con excelente relación entre masa muscular, masa ósea y masa grasa". También destaca que "tiene mucha resistencia física".
"Empezábamos con algo de ejercicio aeróbico y calentamiento, usando algunas máquinas como la cinta de correr o la bicicleta estática", explica. Media hora después, hacía "ejercicios útiles para fortalecer los músculos, y otros más específicos para la postura", comenta.
"Imaginaba que era un hombre bastante ocupado", aunque Masella asegura que nunca le pareció que fuera una persona con estrés. Con todo, el entrenador nunca supo cuál era exactamente su profesión.
"En la práctica yo entrené al futuro pontífice: es increíble pero para mí. Era un cliente como cualquier otro y se comportaba como todos los clientes de este gimnasio", concluye.
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