Papa León XIV y su pasión futbolera: conoce aquí el equipo del que es hincha

La elección del nuevo Papa León XIV (Robert Francis Prevost) ha traído consigo una sorpresa tan inesperada como emotiva: su profundo vínculo con el fútbol sudamericano, ¡y especialmente con Perú! Descubre la historia del pontífice estadounidense que encontró su alma futbolera en tierras incas durante sus más de cuatro décadas de labor misionera.

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Robert Francis Prevost, ahora conocido como el Papa León XIV, no es solo el líder número 267 de la Iglesia Católica. Este estadounidense de Chicago tiene raíces profundas en el corazón de Perú. Su llegada en 1985 como misionero agustino a Chiclayo marcó el inicio de una conexión que trascendió lo espiritual. Durante más de cuarenta años, Prevost no solo sirvió a la comunidad, sino que también abrazó con fervor sus costumbres y cultura, culminando en su ciudadanía peruana en 2015.

Club San Francisco de Chiclayo, el favorito del Papa

Pero la adopción de Perú por parte de León XIV va más allá de lo cultural; se extiende al vibrante mundo del fútbol peruano. Su corazón deportivo palpita por el modesto pero significativo club regional San Francisco de Chiclayo. Informes del canal TN revelan que el ahora Sumo Pontífice desarrolló una genuina simpatía por este equipo durante sus años en la ciudad norteña.

Otro nombre que resuena en su conexión futbolística es el de Juan Aurich, el popular Ciclón del Norte, un equipo con gran arraigo en la misma región. El periodista Osler Lescano de TVPerú añade una pieza más al rompecabezas, señalando una cierta inclinación del Papa León XIV hacia el reconocido club Alianza Lima, uno de los gigantes del fútbol peruano.

Más allá del fútbol: Su pasión por el tenis

Sin embargo, el deporte para el nuevo Papa no se limita al balompié. En una reveladora entrevista del 30 de septiembre de 2023 con el arzobispo emérito de Chiclayo, Prevost confesó su verdadera pasión: el tenis. "Me considero un gran aficionado al tenis", expresó con entusiasmo, mostrando una faceta deportiva adicional a su ya sorprendente conexión futbolera.

El Papa León XIV llega al Vaticano con un alma profundamente marcada por Perú, un espíritu deportivo palpable y un corazón que late tanto por el fútbol como por el tenis. Esta inesperada historia demuestra que, en ocasiones, la fe y el deporte se entrelazan de maneras fascinantes, conectando culturas y pasiones a través de fronteras insospechadas.

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