
Irlandés graba los cantos de las aves de su país
El ornitólogo de 37 años, Sean Ronayne, inició las grabaciones hace 4 años alarmado por la extinción
El irlandés Sean Ronayne comenzó hace cuatro años a grabar los sonidos de todas las especies de aves de su país, muchas en peligro de extinción. Unos archivos de audio únicos para lanzar la voz de alarma, pero también generar esperanza.
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Según los organismos de protección de la naturaleza, aproximadamente el 63% de las aves de Irlanda están clasificadas en riesgo de extinción grave o moderada.
“Las aves están en peligro en Irlanda, como en todo el mundo. La pérdida de la fauna, tanto en términos sonoros como físicos, es devastadora para mí”, dice a la AFP el ornitólogo, de 37 años, en su hogar cerca de Cobh, en el sur de la isla.
“Pero me concentro en la esperanza y la belleza”, añade.
Más de cuatro años después de haber comenzado sus grabaciones, Sean Ronayne ha registrado los sonidos de 201 especies de aves, con más de 12.000 fragmentos de audio procedentes de todos los rincones de su país.
Solo le quedan dos especies por documentar, que son el págalo grande y la serreta mediana. El primero, es un ave marina robusta y agresiva que se alimenta de peces y de otras aves. Es conocido por su comportamiento depredador, ya que persigue a otras especies para robarles su comida. Se encuentra principalmente en zonas costeras y en islas del Atlántico Norte. Mientras que la serreta mediana es un pato buceador que habita en lagos y costas. Se distingue por su pico serrado, que le ayuda a capturar peces, su principal alimento. Esta en realidad es una especie migratoria que visita Irlanda en invierno.
“Si la gente se diera cuenta de lo espectacular que es la fauna, nunca permitiría que desapareciera, las mentalidades cambiarían”, cree Ronayne.
Irlanda es conocida por sus paisajes bucólicos y verdes, pero este treintañero presenta un panorama muy sombrío, “realista” según él, de un entorno que se está deteriorando y de una población de aves diezmada por la desaparición de sus hábitats.
La mayor parte del país está compuesta por campos cultivados de manera intensiva, tierras sobreexplotadas para el pastoreo y bosques autóctonos reducidos a su mínima expresión, en su opinión.
El efecto de las plantaciones de coníferas
Las plantaciones de coníferas no autóctonas, “un cultivo industrial”, que representan aproximadamente el 9% de los bosques en Irlanda, también constituyen una amenaza para la biodiversidad, según él.
“Intento mostrarle a la gente la belleza de lo que estamos haciendo desaparecer y por qué debemos levantarnos y luchar por ello”, dice el experto en fauna y flora.
El año pasado, este especialista de aves publicó un libro y realizó un documental. Las conferencias que ofrece en Irlanda, sobre las especies, se llenan de público.
“El sonido de la fauna es una herramienta formidable para acercar a las personas a la naturaleza y familiarizarlas con todo lo que tienen justo a su alrededor”, dice Sean Ronayne.
“Si conoces a tu vecino, eres más propenso a ayudarlo”, añade.
Durante sus conferencias, Ronayne, diagnosticado con autismo ya en edad adulta, cuenta la historia de su vida y cómo la naturaleza está profundamente arraigada en ella.
También difunde fragmentos sonoros de gorjeos, cantos, gritos y ruidos misteriosos, invitando al público a adivinar su origen. Una dinámica que las personas disfrutan por el aprendizaje que ésta les brinda.
En algunos extractos, se escuchan aves que imitan a otros animales, como perros y otras especies de pájaros.
“Algunas aves en mis archivos pueden imitar a entre 30 y 40 otras especies en su canto”, cuenta.
Las sonrisas son frecuentes en sus conferencias, pero también las lágrimas y la tristeza, a medida que el público toma conciencia de las amenazas que pesan sobre las aves en Irlanda.
El ornitólogo organiza regularmente paseos al amanecer, llevando a pequeños grupos a bosques silenciosos para vivir la experiencia del despertar de la fauna y de escuchar el canto de las aves.
Los cantos de la mañana, una cacofonía sonora que va aumentando progresivamente, refleja “la salud del medioambiente”, según indica.
“Cuanto más diversificado, más sano será el hábitat”, explica durante uno de esos paseos, en los que explica cada detalle.
Después de sacar su grabadora de audio, su micrófono parabólico y su trípode, identifica rápidamente las melodías de zorzales, petirrojos, mirlos, reyezuelos y otras aves que se despiertan.
“¿Escucharon eso? ¡Hay una lavandera cascadeña!”, exclama, volviéndose hacia cada sonido que emerge de la niebla matutina.
Sean Ronayne también oculta algunas grabadoras durante semanas, incluso meses, en lugares apartados donde se reúnen las aves.
“Cuando, como sociedad, volvamos a enamorarnos de la naturaleza y la respetemos como lo hacíamos antes, sucederán cosas maravillosas”, espera.
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