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Coronavirus: Desconfinar, una estrategia de riesgo

Los efectos económicos y sanitarios se acumulan durante el aislamiento.  Evitar otra ola epidémica es el objetivo a corto plazo

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Varios países se preparan para retomar sus actividades productiva, paralizadas desde marzo debido a la Pandemia de COVID-19AFP

Varios países empezarán a levantar el confinamiento en las próximas semanas, una estrategia que requiere prudencia y metodología para evitar una segunda ola epidémica que implicaría un nuevo encierro y redoblaría la crisis social y económica.

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“Cuando se tomó la decisión” del confinamiento, “era nuestra única arma para tratar de controlar la epidemia del coronavirus”, afirma la epidemióloga Dominique Costagliola, respecto a esta medida en vigor en Francia desde mediados de marzo. Pero esta estrategia “no es soportable a largo plazo, ni para las personas ni para el país”, admite.

Los efectos sociales, económicos y sanitarios del confinamiento se acumulan. Llegará un punto en que los costos superarán los beneficios”, prevé por su parte la doctora Linda Bauld, especialista en salud pública de la Universidad de Edimburgo (Escocia).

La mayoría de expertos destaca que el quedarse en casa salvó miles de vidas. Pero en la otra cara de la moneda, se avecina una recesión mundial histórica, bautizada como el “Gran confinamiento” similar a la “Gran depresión” de 1929, por parte del jefe economista del Fondo Monetario Internacional.

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A ello se añaden los riesgos sociales temidos por los expertos, como que se exacerben las desigualdades, la violencia doméstica, la ansiedad, el consumo de alcohol, la agravación de los problemas de salud no relacionados con la COVID-19...

Un estudio estadounidense publicado esta semana en la revista ‘Science’ preconiza que habrá que alternar periodos de confinamiento y apertura hasta 2022, mientras se ponen a punto tratamientos eficaces o una vacuna contra el coronavirus

Después de que el confinamiento concluyera en China - origen de la pandemia -, es el turno de Europa, gracias a que las muertes y las hospitalizaciones se estabilizan en varios países.

Francia tiene previsto poner en marcha un desconfinamiento progresivo a partir del 11 de mayo. Otros países europeos, desde los más golpeados - Italia y España - a los que menos - Alemania, Bélgica, Suiza, Dinamarca.... -, preparan planes similares en las próximas semanas.

Donald Trump juzgó por su parte que llegó la hora de “reactivar Estados Unidos”, si bien el país se convirtió en el más azotado del mundo por la pandemia, con más de 33.000 muertos.

Sobre todo que el desconfinamiento debe acompañarse de medidas precisas, que funcionaron en Corea del Sur, país citado como ejemplo en la gestión de la pandemia: pruebas diagnósticas masivas, cuarentena para los casos positivos y seguimiento de quienes estuvieron en contacto con los contagiados para someterlos a su vez a los tests.

Pero esta estrategia requiere que todos los recursos necesarios estén “disponibles”, según Costagliola. Esto significa un volumen de tests suficientes, una logística que permita el seguimiento tecnológico.

Corea del Sur tenía “una brigada de 20.000 personas” para realizar estos seguimientos de “contact tracing”, recuerda el doctor Delfraissy, subrayando la importancia de contar también con un capital humano además de digital.

Asimismo, incluso cuando funcionan, las estrategias menos radicales que el confinamiento no son una garantía a medio plazo.

Tras haber controlado en un primer momento la epidemia mediante una política similar a la de Corea del Sur, Singapur registra ahora una segunda ola de infecciones, obligando esta vez al Gobierno a tomar medidas más severas, entre las cuales destaca el cierre de la mayoría de lugares de trabajo.

Singapur debería ser una advertencia para todos nosotros”, comentó en Twitter el doctor Vincent Rajkumar, de la red hospitalaria estadounidense Mayo Clinic.

CONTAGIADOS

La reapertura progresiva de escuelas y comercios y la vuelta al trabajo caracterizarán el fin del confinamiento.

Pero este se asemejará más al recorrido de un funámbulo sobre la cuerda floja que al de una autopista hacia la libertad. Y el equilibrio dependerá de la tasa de reproducción de base de la enfermedad, esto es, el promedio de personas contagiadas por cada enfermo.

Antes del confinamiento, “era de 3,4-3,5”, explicó el presidente del comité científico que asesora al Gobierno francés, el doctor Jean-François Delfraissy.

Francia y Alemania aseguran que esta medida hizo descender esta cifra por debajo de 1, lo que corresponde al control de la epidemia. Pero el desconfinamiento provocará su subida de forma automática, puesto que el virus circulará de nuevo con más facilidad. El margen de maniobra es muy estrecho.

“A 1,1 podríamos alcanzar en octubre el límite de nuestro sistema de salud en términos de plazas de reanimación”, previno esta semana la canciller alemana, Angela Merkel. A 1,2 esto se produciría en julio y a 1,3, en junio, añadió.