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Magistrados. Saquicela saluda con el juez José Suing, quien también aspiraba a la Presidencia de la Corte pero no alcanzó los votos para el balotaje.Karina Defas

Se le aguó la fiesta a Saquicela

El presidente de la Corte Nacional no consiguió los votos necesarios para reelegirse.  La jueza Daniella Camacho se negó a llegar a un acuerdo con él.

Humo negro en la Corte Nacional. Luego de tres votaciones y dos horas y media de receso, ninguno de los tres candidatos a presidir el máximo tribunal de justicia de la nación logró los doce votos necesarios para ser nombrado presidente. Iván Saquicela, que creía tener en el bolsillo la reelección, no logró convencer a Daniella Camacho, su contendiente en la segunda vuelta, de que renunciara a sus aspiraciones. Ella se quedó con seis votos y él con nueve, que no bastan. “Hay una voluntad democrática de nueve votos y un capricho de no elegir”, interpretó Saquicela, como si su victoria en la primera vuelta obligara a los jueces a votar por él en la segunda: “La idea es: no queremos que sea -añadió-. Eso me parece sumamente grave en un alto tribunal”. Un larguísimo receso para negociar a puerta cerrada no le sirvió: al volver, no hubo cuórum. La sesión y la elección quedaron suspendidas hasta nuevo aviso.

El juez José Suing Naula, tercer candidato de la elección, no consiguió más que tres votos de respaldo y quedó fuera de la contienda. En una primera vuelta empató (a tres) con Daniella Camacho y fue eliminado en el desempate. Tras este resultado, no sorprende que fuera el juez Byron Guillén, uno de los mencionados en los chats del caso Metástasis, quien propusiera negociar las posturas a puerta cerrada para llegar a algún acuerdo entre los dos candidatos restantes por fuera del escrutinio público. “Que sea la oportunidad para que la institución brille”, dijo contradictoriamente. Para Guillén, la Corte brilla en secreto.

Iván Saquicela

La Presidencia de la Corte está entre Iván Saquicela y Daniella Camacho

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La sesión había arrancado con la farragosa intervención del juez Fabián Racines, quien calificó de “página de gloria” lo que se disponían a perpetrar y despachó lánguidas alabanzas al trabajo de sus colegas. “Considero -dijo- que el país está puesto los ojos precisamente el día de hoy más que nunca en esta Corte en la cual considero que debemos y estoy seguro que estamos todos de los aquí presentes a la altura del acontecimiento que hoy la historia marcará como un día importante”. En fin: no dijo nada y lo dijo mal. Y anticipó que, en la segunda vuelta de la elección, votaría por quien resultara ganador de la primera. O sea: por Iván Saquicela, que llegó con ocho votos bajo el brazo. “Espero que todos los presentes se inscriban en este mismo sentido”, añadió torpemente, como si sus preferencias fueran obligatorias para el resto.

El juez Alejandro Arteaga había propuesto la candidatura de Daniella Camacho, a quien presentó como “versada en materia penal”: un atributo importante en esta elección en medio del Caso Metástasis. Rosana Morales postuló a José Suing, más que por sus méritos, “por sus valores”, y Marco Rodríguez presentó la candidatura de Saquicela, de quien destacó “los hitos que, desde mi arista, ha conseguido como presidente”. Interesantes “aristas” tiene la Corte. Enseguida, se concedió a los tres candidatos la oportunidad de hacer una brevísima campaña.

“Tengo un compromiso con la capacitación y una lucha frontal contra la corrupción”, dijo a su favor Camacho, la jueza que consiguió, voto por voto, colocar a Wilman Terán en la cabeza de la terna para el Consejo de la Judicatura. Ejecutar una auditoría judicial e implementar el expediente electrónico ofreció José Suing Naula: no es extraño, pues, que no votaran por él. En cuanto a Saquicela, se explayó hablando de sus méritos con alambicada retórica: “Sólo decirles que soy una persona que tengo un origen familiar que solamente llevó mi profunda vocación y mi esfuerzo a ser el más alto magistrado del país”, dijo. Lo que sea que esto signifique.

Si los jueces del máximo tribunal de justicia de la nación redactan sus sentencias tal como hablan, el drama de la república se explica por sí solo: “Lo único que pido es que así como la doctora Daniella lo hizo de forma sucinta a quien desde ya obviamente felicito a cada uno de los candidatos como les dije, el hecho de estar aquí, todos tienen méritos de sobra obviamente para ocupar este alto cargo de presidente o presidenta desde ya son ganadores”, sintetizó Byron Guillén. Lo único inteligible de este fárrago resultó mentira: no ganó nadie, por lo menos por ahora. Siete jueces (José Suing, Marco Rodríguez, Luis Rivera, Milton Velásquez, Rosana Morales, Fabián Racines, y Felipe Córdova) decidieron dejar al pleno de la Corte sin cuórum. Y a Saquicela, chupándose el dedo.

La resolución en otra sesión

Tras la fallida elección, el pleno de la Corte Nacional de Justicia sesionará, "con jueces y conjueces", como dijo cacofónicamente Daniella Camacho, la próxima semana para tomar una decisión final. Iván Saquicela y Daniella Camacho son los candidatos que pasaron a una ‘segunda vuelta’: él con nueve votos; ella con seis. Para ganar se necesitan 12. Camacho está confiada. Dice que cuatro de los nueve votos de Saquicela corresponden a jueces que dejarán sus cargos en una semana.

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