
Julian Quibell: "Los partidos pierden confianza, y los ciudadanos se alejan más"
El director en Ecuador del Instituto Nacional Demócrata conversó con EXPRESO sobre la salud de la democracia en la región
En medio de la discusión sobre el aumento de la fuerza pública y la creación y fortalecimiento de leyes para la lucha contra el crimen organizado, el director residente en Ecuador del Instituto Nacional Demócrata, Julian Quibell, habla con EXPRESO sobre el rol de la institucionalidad, las organizaciones políticas y la ciudadanía en el combate a la inseguridad.
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De acuerdo con los últimos datos del Latinobarómetro, más del 50 % de los ciudadanos en América Latina apoyarían un gobierno no democrático si este resuelve sus problemas. ¿Qué dice esto sobre la salud de nuestras democracias?
Los datos no son alentadores. Desde la llamada tercera ola de democratización, entre los años 70 y 90, hemos visto una opinión pública que va en declive en cuanto a su apreciación del sistema democrático. Si bien hace una generación la gente apoyaba esa ola de democratización, al no ver cambios sostenidos en términos económicos o de seguridad, hay un resurgimiento de una preferencia por cualquier sistema que pueda garantizar estabilidad, incluso si viene a costa de libertades básicas.
¿Qué culpa cargan los partidos y actores políticos por haber llegado a este punto?
La democracia es un sistema complejo. No es perfecto, pero es perfectible. Los partidos son actores claves, como dice el politólogo Giovanni Sartori, pues funcionan como una banda de transmisión de la demanda ciudadana hacia plataformas electorales, gobiernos y políticas públicas. En definitiva, las cifras muestran que la gente ya no ve a los partidos políticos como esa banda, y los critican como instituciones que existen solo para las elecciones. Hay partidos que cumplen más ese rol que otros, pero también es importante el papel de los ciudadanos...
¿Cuál es el papel de la ciudadanía en esto?
El rol de los ciudadanos es importante: exigir rendición de cuentas, mantenerse activos después de votar. Me parece que estamos viviendo una tormenta perfecta, donde los partidos han perdido la confianza, y por eso los ciudadanos se alejan cada vez más, en lugar de inundar los partidos, exigir más, buscar rectificar errores. Se deja un vacío muy importante.
¿Cómo pueden los partidos políticos volver a enfocar su atención en el ciudadano?
Hay varias maneras de atacar este problema. Está la vía legal, con reformas que buscan, de alguna forma, forzar a los partidos. Esto ya lo hemos visto en Ecuador con las reformas al Código de la Democracia, como el incremento de la cuota de jóvenes y mujeres dentro de los partidos y en la papeleta electoral. Hay una dualidad, porque también se puede fomentar una nueva cultura política dentro de los partidos. Lo que necesitamos es romper un círculo donde los partidos se han ido aislando y alejando en periodos no electorales.
Reforma de Daniel Noboa al financiamiento de los partidos
Sin embargo, el Gobierno del presidente Daniel Noboa ha apuntado a cortar el financiamiento estatal a los partidos a través de un proyecto de reforma. ¿Es algo viable?
El financiamiento público a los partidos políticos, en la región y en Ecuador, existe para garantizar equidad en la competencia y evitar la permeación de dinero ilícito. En un mundo ideal, tendríamos partidos tan cercanos a la gente que esta estaría dispuesta a donar su tiempo y su dinero.
Es decir que los partidos políticos y la ciudadanía también tienen un rol en la lucha contra la inseguridad.
En un momento en el que las cifras muestran que en Ecuador se está erosionando el apoyo a los gobiernos democráticos, es momento de redoblar esfuerzos en subrayar la importancia de los valores básicos de la democracia: el Estado de Derecho, la rendición de cuentas, la transparencia y la real vigilancia ciudadana a los procesos. La lucha contra el crimen también se libra desde la institucionalidad. Y esta va a funcionar mucho mejor en la medida en que tengamos una ciudadanía activa, exigiendo, no solo votando y haciéndose a un lado esperando mejores resultados.
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