Jóvenes universitarios
De acuerdo a las autoridades del CES, si hubiese una reorganización por denominación, la cifra bajaría. Granasa

Hay 4.558 opciones o carreras universitarias para bachilleres

El 24 % es del área de Administración. La repetición de los nombres eleva el total. La autoridad cree que la cifra sí responde a la realidad del país

Que los bachilleres tengan 4.558 opciones o carreras en las universidades, escuelas politécnicas e institutos superiores técnicos y tecnológicos públicos y privados del país para elegir, puede sonar positivo. Sin embargo, otra cosa es que se pueda garantizar que los jóvenes alcancen a conocerlas todas antes de decidirse por una.

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Como informara este Diario, ante una consulta al Consejo de Educación Superior (CES), este organismo de planificación del sistema universitario indicó que el país registra 4.558 opciones o carreras de tercer nivel.

¿Es normal que un país tenga una cantidad así? ¿Son todas diferentes? ¿Pueden los colegiales llegar a conocerlas todas...? Son algunas de las preguntas que este Diario formuló al presidente del CES, Pablo Beltrán, a través de una entrevista por Zoom.

“Si este altísimo número de carreras responde a la realidad ecuatoriana, la respuesta es sí”, afirma. No obstante, aclara primero que esa cantidad incluye la oferta de todas las instituciones, lo que implica que hay carreras que se repiten. De igual forma, que dentro de cada entidad, si una misma carrera se ofrece en distintas modalidades, se contabilizan por separado. Por tanto, si se agruparan las opciones que tienen una misma denominación, la cifra bajaría.

Aparte de ello, defiende que la política del actual CES es devolver a las instituciones la autonomía académica, administrativa y financiera. “En ese sentido, tenemos una normativa que les permite crear nuevas carreras, nuevas denominaciones, que puedan abrir sedes, campus en todo el Ecuador y esto, obviamente, va a desembocar en ese elevado número de carreras”.

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¿Por cierto, tiene impacto real que al nombre de una carrera común se le agregue una mención o una especificidad para diferenciarla? Jeff Morales, gerente de Marketing Ecuador de Multitrabajos, asegura que sí.

“Los reclutadores lo primero que miran de una hoja de vida son los estudios y la experiencia. Hacer la mención o el énfasis del área en el que se consiguió un mayor conocimiento académico siempre sumará al currículo”, expresa Morales.

Podemos tener 100 carreras que se llaman igual y se ofrecen en diferentes instituciones.

Pablo Beltrán, Presidente del CES

En todo caso, Beltrán reconoce que es difícil que los bachilleres puedan conocer todas esos miles de opciones. Pero señala que el alumno o el Departamento de Consejería Estudiantil (DECE)de su colegio pueden ayudarlo a segregar y afinar su elección, según factores como su vocación, aptitudes y el tiempo que por su situación socioeconómica familiar tenga para estudiar (dos años para una carrera técnica, cuatro para una ingeniería o licenciatura).

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Luego, por el tipo de institución y por modalidad (presencial, en línea, híbrida, etc.). Todo lo cual ahora está disponible en las páginas en internet de los organismos de educación superior.

Sin embargo, como publicara este Diario, la realidad es que pese a esa elevada oferta, los bachilleres siguen insistiendo y desbordando las mismas carreras tradicionales, aunque no tengan cupos para todos; mientras hay otras que ni siquiera pasan de uno o cinco aspirantes y no logran completar su capacidad.

¿Cómo determinar si estas deben mantenerse porque son necesarias para el desarrollo del país; o si deben eliminarse por el costo que representan frente al poco interés que generan?

“Las carreras tienen un período de madurez de entre dos y cuatro años, que es el punto de equilibrio, en el que uno se puede dar cuenta si realmente una carrera va a tener algún despunte en la comunidad”, contesta Aldo Maino, directivo del Tecnológico Espíritu Santo (TES) y presidente de la Asociación de Institutos Técnicos Particulares del Ecuadot (Aitepec).

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Para Beltrán, la respuesta es coordinación entre los diferentes actores involucrados. Eso incluye a las universidades, a los organismos de control de la educación superior, así como a la empresa y al sector productivo. Agrega que eso permitirá identificar si esa carrera sufre una ‘muerte natural’ porque dejó de interesar a los alumnos, el mercado perdió capacidad de absorberlos o por el cambio de la estructura económica del país.

O si, en cambio, se trata de opciones necesarias para el desarrollo del país y entonces habría que buscar mecanismos para impulsarlas. En ese sentido, lamenta que haya poca oferta y demanda de carreras relacionadas con la agricultura y la pesca, áreas que son importantes para el país y representan al menos el 25 % de las exportaciones.