Los datos en escena. Según la Secretaría Nacional de Riesgos (SNGR), hasta el 23 de abril de este año, 181 cantones se han visto afectados “por 1.630 eventos peligrosos causados por época lluviosa”. La situación ha llevado al organismo a activar 13 alojamientos temporales para atender a las personas afectadas y damnificadas.

Estas cifras que recoge la Secretaría de Riesgos se traduce, en Guayas, a vías anegadas que, con el transcurrir de los días y sin lograr evacuar las vías, analizan declarar las localidades en emergencia. Ejemplo de esto es la parroquia Laurel, en Daule, donde hasta el mediodía de ayer solo tres calles estaban habilitadas; el resto colapsada por el agua; los comerciantes fueron los más afectados.

Isabel Morán, presidenta del gobierno parroquial de Laurel, manifestó que el 80% de la población está bajo el agua. Así como 20 recintos damnificados: “En las próximas horas nos vamos a reunir con todos los vocales de la institución para evaluar la declaratoria de emergencia”.

La parroquia Junquillal, de Salitre, ubicada a 10 minutos de Laurel, también está inundada hace cinco días; aproximadamente el 60% de esta localidad está bajo el agua.

Verónica Contreras, concejal de Salitre, detalló que son más de diez recintos los damnificados en este sector. “Estamos junto al alcalde Julio Alfaro evaluando las parroquias, recintos y las localidades de la cabecera cantonal que desde la semana pasada están ‘bajo el agua’ por el desbordamiento del río Vinces”.

Los recintos Hacienda Nueva, Tintal, Briceño, La Julia, Roque, Bijagual y Jigual de Salitre están ‘con el agua a las rodillas’: “Más de mil familias se encuentran afectadas y hasta el momento ninguna autoridad se hace presente”, comentó Rosa Magallanes, del recinto Hacienda Nueva, de Salitre.

Asimismo, el malecón del recinto Yurima, de Daule; un 20% de las instalaciones está inundada hace días por el desbordamiento del río Pula.

Esmeraldas no es la excepción si de inundaciones se trata. Los barrios que se asientan en las riberas del río Esmeraldas volvieron a colapsar. En los sectores La Propicia 1 y 2, el agua entró a las casas de aproximadamente 45 familias, desde las 15:00 del pasado domingo, y hasta la tarde de ayer, 24 de abril, la situación siguió igual.

Clemente Valverde, habitante de la Propicia 1, pensó en un principio que se trataba de la marea alta, pero con el pasar de las horas, detalla, el nivel del agua no bajaba. Al contrario, subía poco a poco, por lo que se vio obligado a elevar los colchones, muebles y demás enseres de su casa. “Necesitamos ayuda urgente, que nos reubiquen porque si viene el fenómeno El Niño, como dicen, nuestras casas van a desaparecer. Nuestras vidas corren peligro”, explicó el hombre de 56 años.

Asimismo, la etapa invernal ha causado daños viales. Hasta la mañana de ayer, un solo carril se encontraba habilitado en la vía que une a las provincias de Santa Elena con Manabí; el daño se presentó luego de las intensas lluvias de las últimas 24 horas en las inmediaciones de la comuna La Rinconada; límite entre ambas jurisdicciones.

El agua de un riachuelo hizo que la tierra se desmoronara y la capa de cemento, de aproximadamente 50 metros, colapsó, ocasionando que la carretera quede severamente afectada en aquel sitio.

“Al ser una vía estatal se le comunicó del daño al Ministerio de Transporte de Obras Públicas (MTOP) para que tome acciones. Hemos destacado personal en el lugar para que ayude en la prevención y evitar accidentes”, señaló a este Diario Juan Antón, funcionario del área de Gestión de Riesgos de la Prefectura de Santa Elena.

En Quevedo, Los Ríos, los niveles del río han sido declarados en alerta naranja por Riesgos. Esto tiene preocupada a Julia Villegas, moradora del sector El Pantano, quien amaneció inundada, “con el agua hasta las rodillas” y sin saber qué hacer.

El sector El Recreo 1 y 2, por el puente Sur, en la parroquia San Cristóbal, pasa por algo parecido. Los habitantes de este populoso sector sintieron el poder de las lluvias y amanecieron ayer con el agua dentro de sus casas. Esta zona es considerada vulnerable por los técnicos.

A causa del inclemente invierno, en la provincia de Manabí, la Prefectura ha generado 341 respuestas emergentes en cantones como Chone, Manta, Pichincha, Bolívar, Sucre, Jipijapa, Paján, Portoviejo, Santa Ana, entre otros.

Al invierno se suman otros fenómenos naturales, como los vientos huracanados que afectaron la infraestructura de las edificaciones ubicadas en el balneario San Clemente, en el cantón Sucre, norte de Manabí.

“Hace 20 años vivimos lo mismo, algo que parecería solo veríamos nuevamente en tierras lejanas. Pero ahora se lo vio y con mayor fuerza. Fue algo terrible sentir cómo los tejados se levantaban y la lluvia golpeaba”, lamentó la moradora Magdalena Balderramo.

Carlos Villacreses, coordinador de Infraestructura de la Prefectura de Manabí, indicó que una de las principales problemáticas que genera el invierno se da por el asentamiento humano en zonas de riesgo.

En ese contexto, una de los lugares que presenta riesgo es una ladera en la comunidad de Santa Rosa, territorio de la parroquia San Lorenzo, en la zona rural de Manta. Aquí hay cinco viviendas que están a punto de colapsar luego de que la lluvia haya provocado deslizamientos en los terrenos donde están asentadas.