Una gran debilidad tiene la industria bananera en su lucha contra el fusarium raza 4 (OFC R4T): no hay fronteras entre las fincas de El Oro, la provincia fronteriza y la tercera del país en importancia en hectareaje y producción.

De las 190.381 hectáreas plantadas y registradas en 2019 en la Encuesta de Superficie, Producción y Rendimiento del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el 24,06 % está ubicado en esa provincia limítrofe con Perú, país donde ha llegado el fusarium; hace una semana las autoridades vecinas confirmaron el hongo en Sullana, Piura.

En 2019, en El Oro, se produjeron 1.649 toneladas métricas de banano de exportación.

Alfredo Saltos Guale, exministro de Agricultura y uno de los ingenieros que trabajó con el fusarium raza 1 cuando este afectó a la variedad Gros Michel, destaca el trabajo de contención y vigilancia realizado por Agrocalidad (Agencia de Control Fito y Zoo Sanitario), pero señala que la raza cuatro es “omnipresente”, “es Dios y es demonio”, porque aparece en sitios tan lejanos unos de los otros, que lo hacen poderoso y para lo cual no existe fungicida que la controle ni variedad alguna que lo resista.

Al ser un hongo del suelo es difícil controlarlo, dice, ya que en la provincia orense las haciendas son de pequeños productores que no solo que no están en posibilidades de aplicar medidas de contención, sino que al estar pegadas unas con las otras, si el hongo llega a una finca es capaz de diseminarse rápido por todo el país.

Su teoría es que, como el Ecuador no tiene todavía una variedad resistente, es necesario renovar la calidad de los suelos para que las plantas enfrenten mejor la enfermedad. De hecho hay productos comerciales que se están comercializando.

Saltos recuerda que la calidad de los suelos agrícolas se ha ido deteriorando debido al uso excesivo de agroquímicos y que una de las opciones es mejorar o regenerar en este la flora microbiana.

El Iniap espera que se acepte el financiamiento para un proyecto de mejoramiento genético por parte de un organismo privado, por medio de mutagénesis para inducir resistencia a fusarium raza 4.

“Lo que tenemos bien avanzada es la importación del material que se llama formosana, que se lo ha hecho en Taiwán”, sostiene Antonio Bustamante, líder del área de banano, plátano y otras musáceas en el Iniap. Entre Agrocalidad e Iniap están buscando los recursos. El costo es de 120.000. Ellos van a poner el dinero, el material que será evaluado en la estación experimental del Iniap en Pichilingue. “Ya se tiene el protocolo de entrada del material y ha sido revisado por Oirsa, por una universidad    de Queensland de Australia, Agrocalidad e Iniap”, expresa. Además se está evaluando una colección de organismos benéficos que tiene Pichilingue; se están evaluando sus efectos sobre raza 1 que es la que tenemos aquí.

Otro ensayo que hacemos, resalta Bustamante, desde el 2014, es la dispersión de la enfermedad. El objetivo es evaluar como la enfermedad se comporta en la plantación de banano trabajando con raza 1. Tenemos datos interesantes.

Cuando afecta a una planta    se esperaría que las plantas más cercanas o a su alrededor también lo estén, pero no es así: puede estar otra planta enferma a unos 200 o 300 metros más allá. “Si se encuentra un patrón de dispersión de la enfermedad sería ideal porque al momento de hallar una planta enferma podríamos especificar donde tendríamos que aumentar las normas de bioseguridad para hacer una contención efectiva”.

El Iniap está trabajando en detección temprana de FOC R4T con drones. Se está desarrollando una metodología que permita identificar fusarium o por lo menos plantas que podrían estar teniendo la enfermedad. Se comenzó este año, hay datos interesantes.

Se está evaluando a los desinfectantes y las normas de exclusión como la manta de desinfección de los aeropuertos, como la fumigación de contenedores.

• El CENTRO DE OPERACIONES ES LA FRONTERA

El ministro de Agricultura y Ganadería, Xavier Lazo Guerrero, señala que el equipo de esa cartera de Estado, junto con Agrocalidad, “está desplegado en la frontera sur y todo el territorio nacional para mantener a Ecuador sin Foc R4T. Contamos con campers móviles en zonas estratégicas para la desinfección de vehículos y así proteger nuestro patrimonio agrícola”. El jueves recorrió la frontera sur y estuvo en el Centro Binacional de Atención en Frontera, donde constató los laboratorios y equipos como microscopios conectados vía remota para ejecutar de “manera eficiente y rápida las pruebas”.

• ALMEIDA: EL TRABAJO CONJUNTO ES CLAVE

“Estamos trabajando con otras autoridades e instituciones nacionales e internacionales para gestionar y dirigir todos los esfuerzos a la prevención”, señala Patricio Almeida, director de Agrocalidad, quien específico también las medidas aplicadas a los productos que llegan desde Perú por la frontera terrestre, como por los puertos de Guayaquil, Posorja y Puerto Bolívar especialmente. “Es responsabilidad de todos enfrentar esta amenaza, hemos reforzado las medidas y protocolos de bioseguridad; es fundamental el trabajo en conjunto”.