
Llegada de Temu, el dilema de la industria textil local
El posible arribo de la firma a Ecuador enfrenta al Gobierno y al sector en un debate por la competencia justa
La plataforma china Temu evalúa abrir operaciones físicas en Ecuador, pero lo que para el Gobierno representa una puerta a la inversión y el empleo, para la industria textil local suena como una amenaza de extinción.
El ministro de Producción confirmó el 20 de junio que representantes de la empresa visitaron el país con la intención de sostener reuniones oficiales. “Manifestaron su interés de instalarse en Ecuador e invertir en bodegas y logística”, declaró en entrevista. La propuesta, sin embargo, no está exenta de interrogantes.
Instalar una base física implicaría que Temu deje de operar exclusivamente bajo el régimen courier 4x4 -que permite importar productos sin aranceles hasta $ 400- y pase a realizar importaciones formales, pagando aranceles e IVA como cualquier empresa local. El Gobierno visualiza al país como un hub logístico regional, tal como lo ha planteado con Amazon, pero la iniciativa llega en un momento crítico: solo en cuatro años, las importaciones bajo el régimen 4x4 se quintuplicaron, pasando de $100 millones en 2020 a $500 millones en 2024. Para 2025, se proyectan en $750 millones, y se estima que el 60% corresponderá a productos textiles.
Ecuador resulta una opción atractiva para Temu frente a la presión regulatoria que enfrenta en otros países. Camilo Ontaneda, presidente ejecutivo de la Asociación de Industriales Textiles del Ecuador (AITE), menciona el caso de Brasil, donde se eliminaron las exenciones tributarias: “Antes no pagaban aranceles por compras menores a $ 50. Ahora, se cobra un 20 % hasta ese monto y un 60% si lo superan”. Estas medidas son parte del programa Remessa Conforme, que desde 2023 obliga a las plataformas a declarar y pagar tributos por adelantado, llegando en algunos casos a cargas impositivas del 80 %.
Colombia adoptó una postura similar. Desde diciembre de 2024, se aplica el IVA del 19 % a compras menores a $ 200 por envíos urgentes, afectando directamente a plataformas como Temu. Chile también grava estos productos con IVA y arancel del 19 %, según confirmó el ministro tras consultar con autoridades aduaneras.
En contraste, Ecuador aplica una tarifa plana de $ 20, lo que representa apenas el 5 % sobre el límite de $ 400 permitido. “Ni siquiera se equipara al arancel para artículos textiles confeccionados, que debería estar entre el 25 % y el 30 %”, cuestiona Ontaneda.
Arribo de Temu, los textileros muestran resistencia
De ahí que el arribo de Temu al país preocupa, sobre todo ahora que la industria textil ecuatoriana enfrenta un momento delicado. Carlos Rivadeneira, expresidente de la Cámara de la Pequeña Industria, advierte que de los 20 grandes textileros que operaban en el país, hoy sobreviven apenas cuatro o cinco. Según Ontaneda, 122.000 empleos directos están en riesgo por el auge de las importaciones que no siempre se enmarcan en una competencia justa.
Javier Díaz, experto del sector, señala que este no es solo un problema de la industria textil. “Es un problema para quien produce, para quien vende y también para quien importa. No se trata solo del textil: es un fenómeno que supera los 500 millones de dólares al año”.
Además de lo económico, hay riesgos sanitarios. “Están ingresando prendas incluso por debajo del costo de la materia prima, y muchas pueden contener colorantes con plomo, que generan alergias o incluso cáncer”, advierte Ontaneda.
Rivadeneira también subraya la desventaja en precios. “Un blue jean que aquí puede costar $ 10, desde China puede llegar a $ 2”. Y sobre la promesa de Temu de abrir un canal para que empresas ecuatorianas vendan al mundo, se muestra escéptico: “Son ofrecimientos que no se cumplen. Varias marcas internacionales llegaron con ese discurso y nunca se integraron a la industria local. No hay una ley que las obligue. La única vía para equilibrar las condiciones es a través de aranceles”.
Si bien la llegada de un gigante como Temu podría ser una presión para empezar a fortalecer a la industria textil local y ponerla a competir, los industriales de este sector lo ven difícil teniendo que enfrentar una asimetría en la estructura de sus costos: “Un fabricante local paga aranceles del 5% al 15 % por hilos, del 20 % al 30 % por telas, y un comerciante de ropa paga el 10 % más $ 5,50 por kilo, más el IVA”. Además, recuerda que si bien los productos pueden importarse para uso personal, la venta requiere cumplir con las obligaciones tributarias.
A ello se suman los costos laborales. Según Rivadeneira, un salario mensual de $ 470 se convierte en más de $ 650 con cargas sociales, décimos, fondo de reserva y aportes al IESS. Frente a esto, las mercancías ingresadas por courier hasta antes de junio no pagaban un solo centavo.
Díaz es enfático: “No se trata de protección, sino de defensa frente a la ilegalidad. El mal uso del 4x4 y su promoción descontrolada por parte de ciertos couriers generaron un mercado informal que pone en jaque al empleo formal”.
La posible llegada de Temu, se admite, podría abrir la puerta a una mayor formalización del comercio electrónico. Pero mientras no se establezcan reglas claras y justas para todos los actores, la industria textil ecuatoriana seguirá enfrentando una competencia que considera desleal.
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