Economía

La inclusión financiera, el sacrificio es ahora

Expertos y autoridades saben que es necesario superar el bajo crecimiento anual del 2,3 % de bancarización.

Cleif
Julio José Prado, de Asobanca, durante el Congreso Latinoamericano de Educación e Inclusión Financiera (Cleif).Guilllermo Lizarzaburo / EXPRESO

Intervención disruptiva (que acelere la reducción de la exclusión financiera). Son esas las dos palabras que usa el consultor Edgar Carvajal Acevedo. Y para que se puedan entender mejor recurre a dos metáforas, la de un águila y la de Usain Bolt.

El águila es el ave más longeva de su especie. Llega a vivir 70 años. Para llegar a esa edad, a los 40 años, deberá tomar una decisión difícil. A los 40 sus uñas se vuelven apretadas y flexibles, y no puede tomar a sus presas para alimentarse.

Su pico se curva apuntando contra su pecho, sus alas envejecen y se tornan pesadas y sus plumas, gruesas. Por tanto le quedan dos opciones: morir o enfrentar su doloso proceso de renovación que durará 150 días. Debe volar hacia lo alto de una montaña y quedarse en un nido cercano a un paredón. Allí golpea con su pico en la pared hasta arrancarlo. Luego de hacer esto esperará el crecimiento de un nuevo pico con el que desprenderá una a una sus uñas talones. Cuando los nuevos talones empiezan a nacer, comenzará a quitarse sus plumas viejas.

Si Ecuador (entidades privadas y las autoridades que lo norman y lo controlan) no se decide a hacer sacrificios ya -intervención disruptiva- a favor de la inclusión financiera necesitará que transcurran 20 años para que el 98 % de la población ecuatoriana tenga una cuenta bancaria. Hoy tiene un crecimiento anual de 2,3 %, es decir, tomarían dos décadas pasar del 51 % al 98 %, que tiene Suiza.

La inclusión financiera implica el acceso y utilización de los productos y servicios financieros formales por parte de la población antes excluida de los mismos, por encontrarse en condición de pobreza o informalidad, alejamiento geográfico o discapacidad. Acceso no es sinónimo utilización. La inclusión financiera es un medio para la inclusión productiva, para la generación de empleo de calidad, según la Superintendencia de Bancos.

Este tema fue analizado durante la V Edición del Congreso Latinoamericano de Educación e Inclusión Financiera 2019 (Cleif) desarrollado el Quito a inicios de diciembre. El evento fue organizado por la Asociación de Bancos Privados de Ecuador (Asobanca) y la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban)

Ruth Arregui, superintendenta, dice que “la educación financiera” es clave, por cuanto “permite el conocimiento de los productos y servicios financieros, inculca la formación del hábito del ahorro y enseña a ser responsable con la administración de los recursos para no exponerse a riesgos de sobreendeudamiento”.

“Por exigencias del mercado, competencia y tecnología los regulados deben tomar por lo regular la competencia de los 200 metros”, señala Carvajal. A Usain Bolt (Jamaica) los 200 metros planos le toman apenas 19 segundos con 19 centésimas.

Pero las leyes, regulaciones, burocracia, incidencia política, a las supervisoras generalmente toman la maratón de los 42 km, como Eluid Kipchoge (Kenya), también olimpista, que tarda 2 horas, 1 minuto y 39 segundos en realizar ese recorrido.

Es decir, en boca del experto, hay que poner el pie en el acelerador, que el cliente pueda tener la oportunidad de comparar y escoger. Es necesario el diseño de una estrategia y una política consensuadas con metas y seguimiento en indicadores de avance. Más importante será el proceso de construcción de la estrategia de inclusión y más de 10 países de América Latina la tienen. “Este documento debe ser tratado de manera mucho más rápida que cualquier otra propuesta porque el camino de inclusión es importante. Ahora solo logran ingresar dos de cada cien personas al sistema financiero.

Se necesita construir un puente desde las dos orillas, de la oferta y la demanda, lo público y lo privado y que “vayamos “achicando más la brecha”.