rosas preservadas
Expectativa. En Bruval se alistan para atender al público. La proyección es lograr atender a más de 400 clientes.Alex Lima / Expreso

La flor preservada abona valor y presencia por San Valentín

Su duración, de hasta 2 años, la hace ganar adeptos. Aunque está lejos de desplazar a la tradicional, las marcas se afianzan en un nicho especial

Una rosa roja como muestra de amor se ha vuelto el regalo más tradicional que algunos enamorados ofrecen el día de San Valentín, que se celebra todos los 14 de febrero. Una muestra de gratitud con poco tiempo de vida, pero que si llega a preservarse puede romper los patrones y llegar a perdurar en el tiempo.

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Este tipo de flores, que sin olor y frescura se mantienen encerradas en una cúpula de vidrio o plástico para irradiar su belleza por uno o dos años más, viene ganando espacio. Son más las marcas que tratan de introducir su oferta en el mercado y, en vísperas del Día del Amor y la Amistad, la oferta se convierte en una alternativa de regalo.

Fernando Martínez y su esposa, dueños de la Floristería Bruval, se vienen preparando desde diciembre pasado para atender la demanda de sus clientes en las cinco tiendas que la marca ha logrado abrir en 10 años de existencia. “Compramos 30.000 botones de rosas, en especial rojas, para atender a más de 400 personas”, indica.

Los dueños de Bruval destacan que la marca inició como pionera en las ventas por internet. Eso, dice Martínez, se dio hace cinco años, cuando decidieron innovar con las rosas preservadas, que año a año agarran más fuerza. “Hay un mito que dice que no hay que regalar flores porque se mueren, pero con las preservadas rompimos ese mito. Año tras año se ha visto un aumento en las ventas de estas rosas. Antes, en un día se vendía un 10 por ciento preservado y 90 por ciento natural, ahora es 50 y 50”, explica el fundador, quien señala que en su caso la estrategia para mantenerse en el mercado es ofrecer algo diferente. Además de importar las flores, según Fernando, las comercializan en diferentes presentaciones, brindando calidad en el producto y el servicio que entregan, no solo ellos como florería, sino un grupo de artesanos que les proveen las bases de madera y las cúpulas de cristal para venderlas.

Verónica Bojorque, dueña de Rosas Eternas de Cuenca, cuenta que sus expectativas para San Valentín es que las ventas lleguen a incrementarse tanto como en el Día de la Madre, una fecha de mayor facturación para ellos. Sin embargo, para los próximos días espera que sus dos locales (ubicados en Cuenca y en Guayaquil) puedan despachar hasta 700 arreglos, sin importar el tamaño.

Crecer en este mercado no es tan fácil, dice Bojorque, no solo por la fuerte competencia que hoy en día existe, sino por los mitos que envuelven esta oferta, pues hay quienes creen que son artificiales y que no llegan a durar tanto como se promete.

La mayoría de sus clientes son hombres. Uno de ellos es Omar Cadena, un administrador de una iglesia evangélica que hoy está convencido de que “el producto es excelente. La primera vez que lo vi, me pareció algo súper novedoso. Cuando fui a la tienda pensé que eran artificiales, pero cuando me explicaron que eran naturales, me llamó mucho más la atención”.

Si bien, de forma en general, la demanda de rosas de larga vida aún no se iguala a los niveles de compra de la rosa convencional,    los comerciantes están convencidos de estar fortaleciendo un mercado paralelo, donde hay clientes que siempre están prestos a pagar un poco más. Así lo cree Leonor Huayamave, fundadora de Rosa Eterna, quien desde hace cinco años da a sus clientes esta otra alternativa de compra.

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Comerciantes de la tienda Suri Flowers cuentan que el valor de una sola flor arranca desde los $ 15, pero si se trata de un arreglo floral, su precio puede    llegar a alcanzar los $ 145. Por ello, dicen, la tendencia es comprarlas por unidad.

En cuanto al cuidado, no necesita agua ni sol directo. “Al ser frágil, no hay que tocarla porque se suele romper, deben estar bajo una sombra”.

Huayamave cree que esta oferta despuntará mucho más a medida que las personas se animen a conocer el producto, que es igual de natural que cualquier planta convencional. Esto pese a que para llegar a ser ‘eternas’ deban someterse a un tratamiento especial. A la flor, cuenta, se le desprenden sus pétalos para someterlos a sustancias químicas y así lograr que perduren en el tiempo, sin necesidad de hidratarlas.

Bojorque asevera que quien se anime a entrar a este negocio tiene que tomar en cuenta algunos factores. Por el costo de las flores y los arreglos, dice, se requiere tener un buen capital, y también tomar en cuenta que no se lo recuperará tan rápido, pues la facturación depende de cada fecha de temporada.

Otra recomendación es asistir a ferias de emprendimiento para conocer las innovaciones del mercado, no solo relacionadas a la calidad de la flor, sino a sus diseños y presentación.

  • LA FLOR TRADICIONAL DUPLICA SU VALOR 

Aunque las flores preservadas se convierten en una opción, dicen los comerciantes, aún están lejos de ser las preferidas. La flor fresca y natural, dicen, sigue siendo la primera alternativa para regalar el 14 de febrero, una demanda que por esta fecha llega incluso a más que duplicar precios.

Los floristas del Mercado de las Flores en Guayaquil se preparan para recibir, por estos días, grandes toneladas de rosas frescas que provienen de la sierra del país, en especial Quito. Carlos Velasquez, decorador de arreglos florales de uno de los puestos del mercado, menciona que, solo en San Valentín, se puede llegar a facturar lo que su local logra vender en un mes. “En días normales, cada paquete de dos docenas de rosas cuesta 6 dólares y para el 14 de febrero aumenta a 15 dólares”.

Otro caso es el de Mercedes, otra vendedora del sector que cuenta que todos los días a las 20:00 horas llegan camiones repletos de rosas desde Ambato, Chimborazo y Quito. Ella se encarga de recibirlas, cuidarlas, decorarlas y ofrecerlas. Normalmente, vende entre 15 a 20 arreglos, los cuales cuestan entre 8 y 15 dólares; pero para la fecha vende casi 50 con un valor de 20 y 25 dólares.

Los comerciantes señalan que la rosa preservada se consolida en el mercado como un complemento de la oferta que ya existe, pero que por sus características, en nada llega a desplazar el producto tradicional. Cuando se trata de satisfacer gustos, las propuestas sobran en este mercado.