
Entre el horno y la historia: la guagua se reinventa cada año
La colada morada y el pan ya no se disfrutan solo en noviembre, ahora se ofrecen por tres meses y medio
Lo que antes era una costumbre reservada para los primeros días de noviembre, hoy se ha convertido en una temporada extendida que cada año empieza antes y termina después. La colada morada y las guaguas de pan ya no solo se disfrutan en los hogares ecuatorianos, sino también en hoteles cinco estrellas, panaderías artesanales y supermercados.
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A la receta ancestral se suman ahora versiones gourmet: guaguas con rellenos de chocolate de fino aroma, maracuyá, mora o crema pastelera; y coladas con notas cítricas, aromas frutales y con especies que reinterpretan una tradición que se niega a quedarse quieta.
Algunos negocios empezaron a vender la colada morada y las guaguas en agosto; otros, en septiembre. Antes normalmente lo hacían desde la última quincena de octubre hasta el Día de Difuntos, 2 de noviembre, pero ahora algunos negocios se van a extender hasta el 15 de noviembre.
EXPRESO visitó algunos de los locales que se han convertido en íconos en Guayaquil.
Aumentar el tiempo de venta de la bebida y el pan influye directamente en los ingresos económicos. Los locales estiman que podrían crecer entre un 10 % y un 50 %. La diferencia está justamente en la cantidad de días que ofrecen estos postres, que ya no se limitan a la primera semana de noviembre. Ahora están disponibles hasta por tres meses y medio, por pedido de los clientes.
El recorrido empieza en Bombons Coffee Shop, donde la campaña ‘Temporada Ancestral’ vuelve con más fuerza. Este año sus guaguas llegan con tres sabores: manjar, chocolate y una nueva versión de mora, que ha conquistado a los clientes. “Vimos que a la gente le gusta probar mezclas diferentes, así que decidimos unirnos a esa tendencia y crear un nuevo producto”, le comentó a EXPRESO su vocera, Priscila Aguilera. La apuesta ha sido un éxito: las ventas ya superan las del año pasado.

En la ciudadela Kennedy está la panadería Erick, donde la innovación se nota a simple vista. Su croissant de colada morada se ha convertido en una pieza emblemática. Es un pan hecho con mantequilla al 100 %, teñido naturalmente con un tubérculo originario de la India llamado ube, que le da ese tono morado intenso sin necesidad de colorantes artificiales. Al cortarlo, la colada morada inyectada en el interior se mezcla con la masa y revela un corazón morado en el centro.
Los rellenos de sus guaguas también sorprenden: guayaba, manjar y un chocolate ecuatoriano que combina su sabor semiamargo con la suavidad de la crema pastelera. Además, mantienen una receta internacional: el pan de muerto mexicano, aromatizado con agua de azahar y relleno con nata montada, un homenaje a las tradiciones latinoamericanas.
El vocero de la panadería Erick, Jean Carlos Padilla, indicó que el año pasado vendieron cerca de 6.000 guaguas y este año aspiran a llegar a 8.000. En cuanto a la bebida, la meta es vender 1.000 litros, para superar los 700 litros del 2024.

El recorrido continúa en el hotel Hilton Colón, donde la tradición se eleva al nivel gourmet. Su chef, Juan Sarango, presentó guaguas tradicionales y rellenas con sabores únicos: maracuyá, pistacho y la estrella de la temporada, crema de Baileys. Cada una se prepara con masa brioche, suave y aromática, que resalta los rellenos frescos y la textura esponjosa. La crema de Baileys es un licor europeo que combina whisky con nata, cacao, vainilla y otros sabores.
Eran las 11:00 cuando empezaron a salir las guaguas en el Hilton Colón y en cuanto las ubicaron en una mesa especial, que tenía un adorno alusivo a la guagua y la colada morada, los clientes comenzaron a comprar. En poco tiempo el pan se agotó.
Sarango destacó que los rellenos preferidos en el Hilton Colón son la crema de Baileys y la de maracuyá. La colada morada mantiene la receta tradicional, aunque con ligeras variaciones que son un secreto de la casa. “Los visitantes extranjeros que llegan por congresos o turismo quedan tan fascinados que suelen llevarse las guaguas a sus países: España, Panamá, México o Colombia. Es como si el Ecuador viajara en forma de pan y sabor”, destacó Sarango. El equipo del hotel se encarga de explicar al turista cómo conservar el pan y la colada sin tener inconvenientes.

La última parada fue en la panadería California, donde el cacao ecuatoriano es el protagonista. Este año presentan la guagua cubierta con chocolate 100 % fino de aroma, preparado artesanalmente mediante un proceso que se inicia con la selección del grano. El resultado es una guagua brillante, aromática y deliciosa, que puede calentarse en el microondas por unos segundos para resaltar aún más su sabor. “Queríamos darle un toque especial sin perder lo nuestro”, dijo Sulay Alvarado, vocera de la panadería y pastelería California, mientras el aroma del cacao invadía el lugar.
Supermercados como Megamaxi, Mi Comisariato y Tía tampoco se quedan atrás, pues ofrecen opciones con distintos rellenos y sabores de guaguas, además de los ingredientes para quienes prefieren prepararlas en casa.
Cada uno de estos locales mantiene viva la esencia del Día de los Difuntos, pero con una mirada moderna. La colada morada y las guaguas ya no son solo una costumbre: son una experiencia sensorial que une generaciones. En cada sorbo y en cada bocado se mezclan la memoria, la innovación y el orgullo de un país que sabe transformar su herencia en arte. Porque hay sabores que, por más que pasen los años, siempre regresan a la mesa… y al corazón.
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