
El fusarium llega a Ecuador: lecciones de Colombia y Perú para contener el hongo
Los países vecinos muestran resultados diferentes en contención del patógeno más letal para la industria bananera.
Ecuador se convirtió días atrás en el cuarto país sudamericano en confirmar la presencia del hongo fusarium Raza 4 Tropical (R4T) tras los análisis definitivos de laboratorio. La Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad) detectó el patógeno en una finca de siete hectáreas en Santa Rosa, provincia de El Oro, y activó inmediatamente la emergencia fitosanitaria por seis meses.
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El anuncio lo hizo casi tres meses después de que el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) anunciara el envío de pruebas a laboratorios de Sudáfrica para corroborar una sospecha que el pasado 22 de septiembre hizo pública el hoy exministro de Agricultura, Danilo Palacios.
Colombia fue el primer país de la región en detectar el fusarium R4T en 2019, seguido por Perú en 2021 y Venezuela en 2023. Ahora Ecuador completa la lista de países sudamericanos afectados por este patógeno considerado el más letal para la industria bananera.
Modelos de contención
La experiencia colombiana ofrece un modelo de contención exitosa. Cuando el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) confirmó la primera detección del hongo en agosto de 2019, activó inmediatamente protocolos de emergencia. En la actualidad la enfermedad se ha registrado en 17 fincas en Colombia sobre las cuales se mantiene un estricto control cuarentenario, logrando que el 98% del territorio colombiano no presente casos de fusarium R4T.
El ICA estableció acciones de prevención, vigilancia y control mediante convenios con gremios como la Asociación de Bananeros de Colombia (Augura) y la Asociación de Bananeros del Magdalena y La Guajira (Asbama), con una inversión superior a $ 3.000 millones.
Colombia mantiene monitoreo de más de 72.500 hectáreas, de las cuales 19.149 fueron supervisadas directamente por el ICA y 53.100 a través de convenios con Augura y Asbama. Esto representa el 13,72 % del total de tierras sembradas en el país. Augura ha capacitado a más de 1.000 personas entre pequeños productores, comunidad y trabajadores del sector en la prevención de esta enfermedad.
Perú enfrentó condiciones más complejas. Los resultados confirman la presencia de fusarium R4T en una parcela de 0.5 hectáreas, ubicada en el distrito de Querecotillo, en la provincia de Sullana, departamento de Piura en abril de 2021.
"El hallazgo se dio en media hectárea de una pequeña finca del Valle en Piura, sector donde sigue contenida esta enfermedad, no ha salido de ahí", explicó Carlos Torres, representante del Servicio Nacional de Sanidad Agraria de Perú (SENASA), en una entrevista con Expreso.
Sin embargo, la situación se expandió rápidamente. "De las 8.000 hectáreas que aproximadamente hay en el Valle, en este momento hay afectadas unas 1.000 hectáreas, con diferentes niveles de afectación con fusarium R4T", reveló Torres.
El experto atribuyó la propagación a la estructura productiva fragmentada. "En Perú todos son pequeños productores. En el Valle hay 8.000 hectáreas, con igual número de agricultores, todos son pequeños, no hay medianos ni grandes productores como en Colombia o Ecuador. Era previsible
que el hongo pasara de parcela a parcela porque todos están pegados, eso hizo que el sistema de bioseguridad sea difícil de implementar", explicó Torres.
SENASA implementó medidas de emergencia nacional que incluyen operativos en carreteras para inspeccionar vehículos, entrega de kits de bioseguridad con desinfectante y pediluvios, y la instalación del Comando Técnico Regional con participación de múltiples entidades. Sin embargo, enfrentó limitaciones en la implementación.
Pese a las dificultades, Perú logró contener regionalmente el patógeno. "Hemos logrado que en todos estos años la enfermedad no haya salido de Piura y que sigamos teniendo las áreas, sobre todo de selva, libre de la enfermedad", destacó Torres.
Costos e impacto económico diferenciado
Los costos de contención varían significativamente. Colombia invirtió más de $34.000 millones en cinco años, mientras Perú destina $1,5 millones anuales. El impacto en exportaciones difiere: Perú registra caídas del 5%, aunque Torres aclaró que "eso no fue solo por la enfermedad, también han incidido temas comerciales de diversa índole".
La experiencia regional muestra que la detección temprana y la respuesta coordinada entre sector público y privado resultan cruciales para la contención del patógeno más temido por la industria bananera mundial.
Los países trabajaron coordinadamente a través de la Comunidad Andina (CAN). Los Ministros de Agricultura de la CAN se reunieron para discutir acciones conjuntas para prevenir y controlar la propagación del brote.
Torres resumió la experiencia peruana: "Nosotros no hemos logrado eliminar el Fusarium, pero sí superar esa crisis inicial".
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