
Diciembre sin deudas: reglas simples para cuidar el bolsillo en fiestas
El 70% de hogares ecuatorianos ya presenta sobreendeudamiento por uso de tarjetas en gastos corrientes
Diciembre es el mes con mayor consumo del año en Ecuador, impulsado principalmente por el gasto familiar en celebraciones navideñas. Sin embargo, para miles de familias, las fiestas pueden convertirse en una trampa financiera que arrastrará consecuencias hasta marzo del próximo año.
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David Vera, decano encargado de la Business School de la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE), explica que aproximadamente el 70 % de los hogares ecuatorianos ya presenta algún nivel de sobreendeudamiento, medido porque utilizan tarjetas de crédito para comprar víveres, gasolina y gastos corrientes diarios. "Este es un indicador preocupante de que el sobreendeudamiento está calentando en la economía del país”", advierte.
No olvidar los gastos hormiga
Las familias suelen planificar los grandes gastos navideños —dónde cenar, dónde pasar las fiestas, qué regalos comprar— pero olvidan los pequeños desembolsos que terminan desbordando cualquier presupuesto. "Se planifica a nivel muy macro, pero no se planifican los gastos hormiga", explica David Vera. Estos gastos menores parecen insignificantes de forma individual, pero se acumulan rápidamente: el transporte para hacer compras, los amigos secretos en las oficinas, las cenas navideñas laborales, las actividades sociales y las compras de última hora cuando "se me olvidó una persona" o surge un compromiso inesperado.
A esto se suma que tanto entidades financieras como locales comerciales intensifican sus ofertas de crédito en diciembre. Los bancos ofrecen sobrecupos en tarjetas, mientras que tiendas y supermercados promueven planes de "compre ahora, pague después" en cuotas diferidas sin o con intereses.
Esta estrategia comercial aprovecha la presión de los gastos navideños y la necesidad de liquidez inmediata de las familias. El problema es que estos créditos rotativos tienen tasas de interés altas y, si solo se paga el mínimo, la deuda se extiende por meses.
Planificar diciembre pensando en todo el año
Un mal diciembre puede arruinar las finanzas de todo 2026. Ecuador tiene cuatro picos de gasto anuales: Navidad, inicio de clases costa, día de la Madre e inicio de clases sierra. "Si toma un crédito en diciembre con tres meses de gracia y lo paga en 12 cuotas, va a llegar al próximo diciembre todavía pagando la deuda anterior", advierte Vera.
El problema es que esos pagos empiezan justo cuando no hay ingresos extra. Enero, febrero y marzo no tienen décimo: solo gastos obligatorios como impuestos prediales y seguros en enero, matrículas en marzo. Y el año continúa: útiles escolares en abril (costa), día de la madre en mayo, inicio de clases en septiembre (sierra).
Los pagos del crédito navideño se juntan con cada uno de estos gastos. "Se genera un efecto bola de nieve: las deudas se acumulan y le coge la siguiente Navidad todavía pagando lo anterior", advierte.
La recomendación: antes de endeudarse, sume todos los gastos de 2026. Si tiene décimo, úselo pensando en los tres meses sin ingresos extra. La pregunta clave: ¿puedo pagar esta cuota en todos esos meses sin comprometer esos gastos?
Presupuesto: máximo 30 % del sueldo para diciembre
Vera recomienda que los gastos navideños no superen entre el 20 % y 30 % del ingreso mensual. La razón: las familias ecuatorianas ya destinan aproximadamente 40 % de su sueldo a pagar deudas. "Si llegamos a un 60-70 % entre deudas y gastos de diciembre, solo queda un 30 % para cubrir alimentación, transporte y servicios básicos", explica.
La estrategia es hacer un presupuesto detallado y separar el dinero por categorías. Por ejemplo: $ 70 para regalos divididos en 10 personas ($ 7 cada una), guardados en un "sobre físico, digital o virtual" bajo estricto control. "Si me olvidé de alguien, tendré que decidir a quién de la lista original no le regalo. La clave es no salirse del presupuesto", advierte. Además recuerda que Navidad no es la única fecha para hacer regalos.
Regla de las 24 horas para controlar gastos impulsivos
Antes de comprar algo que cueste más de cierto monto —por ejemplo, $20— espere 24 horas. "Si veo algo que cuesta más de $ 20, espero hasta el día siguiente a la misma hora antes de comprarlo. Vuelvo a pensar si realmente lo necesito", explica Vera.
Esta pausa permite que la razón controle la emoción. "Muchas veces compramos por impulso, no por necesidad. El periodo de carencia permite que la racionalidad negocie con la emocionalidad", señala.
Nunca haga avances en efectivo
Los avances de tarjeta de crédito son una de las opciones más peligrosas y costosas del sistema financiero, advierte Vera. Y es categórico: "Nunca,se hace avances con las tarjetas. Tienen tasas de interés estratosféricas".
El problema es que un avance no solo genera el interés de la tarjeta, sino también comisiones por servicio y costos adicionales. Un avance de $100 puede generar 30% de interés mensual sumando todos estos cargos. Si solo se paga el mínimo ($13), los $117 restantes generan otro 30% el siguiente mes. "Es la forma más fácil de caer rápido en el revolving financiero", señala el economista."Si no tiene el dinero en efectivo, no lo compre. Y si debe usar la tarjeta, pague con la tarjeta en un establecimiento, nunca saque avances en efectivo.
Recomendación: nunca pida la clave de avance cuando le entreguen una tarjeta de crédito. Esa simple decisión puede evitar caer en una de las trampas financieras más costosas.
¿Qué hacer si ya está sobreendeudado?
Para quienes ya destinan más del 60-70% de su ingreso mensual a pagar deudas, Vera plantea dos estrategias, aunque reconoce que ambas tienen limitaciones.
Reestructurar las deudas: Solicitar un préstamo de consumo a plazo fijo para cancelar las tarjetas de crédito. "Las tarjetas tienen el problema del interés compuesto y el crédito rotativo. Si pago solo el mínimo, nunca las termino de pagar", explica Vera. En cambio, un crédito de consumo ofrece mejores condiciones, plazos fijos y certeza: "Sé que en tres años estará saldado".
Reducir gastos drásticamente: Muchas veces es la única alternativa. "Los antiguos decían que hay que arroparse hasta donde dan las sábanas", menciona Vera. Esto implica priorizar la salud financiera sobre los compromisos sociales. "Si su situación de sobreendeudamiento es grande, tendrá que decidir que no puede comprar regalos a todos, aunque lo haya hecho años anteriores".
El economista es directo: "Cuando ya está sobreendeudado y no tiene quién le preste para reestructurar, tiene que reducir sus gastos. No hay otra forma".
Vera no minimiza el impacto psicológico de esta situación: "Hay muchas personas que caen en depresión y ansiedad por estos temas económicos y tienen que recurrir a terapia. Esto no es un tema menor, es algo que realmente se complejiza".
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