
Desde el trompo hasta el palo ensebado, Santa Elena rescata sus juegos de antaño
La parroquia Atahualpa celebró el Festival de Juegos Tradicionales
El trompo, la carrera de ensacados, el palo ensebado, la gallina ciega, la carretilla y otros juegos que parecían olvidados por el paso del tiempo fueron los protagonistas del Primer Festival de Juegos Tradicionales, desarrollado recientemente en la parroquia Atahualpa.
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La jornada congregó a decenas de familias que, entre música y algarabía, participaron activamente en competencias que forman parte de la identidad cultural de la península de Santa Elena.
La iniciativa no solo ofreció entretenimiento, sino que también permitió a la comunidad reconectar con sus raíces y fortalecer el sentido de pertenencia. Durante un día se vivió un ambiente de camaradería, donde las risas de los niños se entrelazaron con los recuerdos de los adultos.
“Mantener vivas estas prácticas significa fortalecer la cultura, la tradición y la unión de todos”, expresó emocionado Celso Soriano, habitante del lugar, mientras evocaba su infancia. En la misma línea, José Perero relató: “Hace años que no hacía bailar el trompo. Ya me estaba olvidando. Qué bueno que se realicen estos programas para recordar los tiempos pasados”.
Los ganadores de cada juego recibieron premios y galardones simbólicos, con el propósito de motivar la continuidad de estas actividades que, según los organizadores, están en riesgo de desaparecer frente a la globalización.
La celebración también incluyó un recorrido gastronómico. Los asistentes degustaron platos típicos y la emblemática mesa de muertos, un altar culinario donde se sirven los alimentos favoritos de los difuntos como una forma de honrar su memoria.
“La natilla de maíz está deliciosa, tiene el mismo sabor que la que preparaba mi abuela”, comentó con nostalgia Carmen Lindao, mientras disfrutaba del dulce elaborado con maíz, leche y clavo de olor.
Los trajes típicos también fueron parte de la programación. Jóvenes mujeres lucieron vestimentas confeccionadas con paja toquilla, sapán, cabuya y otras fibras cultivadas en las montañas de la zona.
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