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Entre los emprendimientos que se financian a través de plataformas están las que dan fondos a restaurantes, cafeterías y panaderías pequeñas que no laboran con entrega a domicilio.Cortesía

Hacer ‘crowdfunding’, una opción para inyectar liquidez

Los pequeños negocios apuestan por la economía colaborativa para mantenerse a flote.  Las ‘start-up’ y fundaciones hallan un nicho en este sistema.

Restaurantes, cafeterías, tiendas de productos artesanales y hasta zoológicos. En medio de la crisis económica provocada por la emergencia sanitaria del coronavirus, negocios pequeños y medianos del país han optado por buscar liquidez a través de métodos poco habituales. Uno de ellos ha sido el crowdfunding o financiamiento colaborativo.

Plataformas internacionales como Gofundme, Indigogo y Kickstarter se han convertido en el sitio ideal para que los emprendimientos se den a conocer y ganen adeptos a nivel mundial. Pequeños negocios como la marca de carteras Suspiro, el ‘gin and tonic’ de quinoa lojana, la marca de chocolates artesanales ‘Satori’ y el negocio de decoración con tagua ‘Bosque de marfil’ han apostado por este sistema para mantener a flote sus iniciativas.

Matías Malavedra, propietario de este último emprendimiento, que trabaja con tagua, indica que este proceso es el más seguro para retomar un negocio que depende de la exportación desde Ecuador hasta Italia. “Durante los primeros diez años, realizábamos todo el proceso desde Italia, ahora queremos hacerlo desde Ecuador, para abaratar costos, pero en medio de esta situación es complicado adquirir un préstamo formal”, explicó.

Otros establecimientos, como el bioparque ecológico Amaru, de Cuenca, han optado por las plataformas internacionales para recaudar fondos que contribuyan con la adquisición de alimentos de sus animales, y el pago de sueldos.

El país no se queda atrás. Actualmente hay dos plataformas de crowdfunding activas en Ecuador, Hazvaca y Greencrowds.

Esta última, explica Ana María Varea, coordinadora nacional de Pequeñas Donaciones, se instaló en el país con el fin de apoyar iniciativas comunitarias vinculadas con la conservación de la biodiversidad. Empezó a laborar hace cinco años con pueblos y comunidades indígenas y organizaciones campesinas, pero con el paso del tiempo, se fue abriendo a otras propuestas. “Decidimos ampliar la plataforma y que no fuera únicamente para nuestro programa, sino para otras organizaciones y emprendimientos que cumplan con los criterios socioambientales que establece Greencrowds ”, dijo.

Estas plataformas virtuales también se han convertido en nicho para las fundaciones y otros proyectos de ayuda social que buscan recursos para paliar los efectos de la emergencia sanitaria. En Greencrowds una de estas busca aliviar la situación del pueblo Sarayaku, mientras que en Hazvaca, varias entidades buscan dinero para comprar mascarillas y kits de alimentos.

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A través de la plataforma Greencrowds, la Fundación Raíz ha conseguido fondos para el programa 'Caemba Casitas Emergentes de Bambú', que trabaja a favor de familias en extrema pobreza de la costa.Greencrowds

“En Ecuador, el financiamiento colaborativo es relativamente nuevo y aún no tiene aceptación masiva. Esto irá cambiando en los próximos dos años, pues mientras las instituciones tradicionales congelan o disminuyen sus préstamos hasta ver cómo evoluciona el mercado, los emprendedores buscarán alternativas para continuar laborando”, explicó el asesor financiero Javier Ycaza.

Desde marzo, cuando se publicó en el Registro Oficial la Ley de Emprendimiento e Innovación, este formato de financiamiento sí se controla.

La norma establece a la Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros como ente regulador de las plataformas y establece un tope de recaudación de $ 400.000 para quienes las utilizan localmente.

No todas las plataformas lo logran

En el país, el mercado de las plataformas de financiamiento colaborativo es bastante reciente, con la primera de ellas, Hazvaca.com, lanzándose en 2016. A esta le siguieron otras tres, dos de las cuales cerraron sus puertas el año pasado. ‘Acolítame’ y ‘Catapultados’, laboraron un promedio de tres años con un número limitado de campañas. La segunda empresa, creada por la compañía de software Wembau, se dedicó exclusivamente al financiamiento de proyectos culturales y artísticos. Uno de sus principales logros fue el financiamiento del segundo disco de la popular banda quiteña ‘Swing Original Monks’. No obstante, ‘Catapultados’ indicó a este diario que cesó sus actividades en 2019. El motivo sería la limitada aceptación del sistema en el mercado nacional.