Una carga que comienza a hacerse menos pesada. Uno de los cuatro contratos de preventas petroleras, que Ecuador comenzó a suscribir desde 2011 con empresas chinas y una tailandesa, llegará a su fin en diciembre de 2023.

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En términos generales, las preventas petroleras son acuerdos en los que Ecuador comprometió la venta futura de su petróleo a través de contratos con empresas asiáticas. Funcionaron como un mecanismo para obtener dinero anticipado para el Estado y hasta acceso a préstamos con bancos chinos con tasas que han sido señaladas como elevadas (hasta 7,25 %), pero implicaron compromisos a largo plazo, unos 16 años, para la producción y exportación de crudo del país.

En ese contexto, Petroecuador entregará en diciembre los últimos cuatro cargamentos a Petrotailandia (PTT) por un contrato de venta anticipada    que se suscribió en 2016, durante el gobierno del expresidente Rafael Correa.

Este implicaba la entrega de 128 millones de barriles de crudo en siete años. En días, pasados, el gerente de Petroecuador, Reinaldo Armijos, aseguró que no renovó el contrato con PTT porque no era conveniente para el país.

Con esto, el número de barriles de crudo que Ecuador tiene que entregar por preventas petroleras pasará de 66,3 millones en 2023 a 24,1 millones a inicios de 2024.

Esto implica que Petroecuador tendrá más oro negro disponible para vender en el mercado abierto o ‘spot’ a mejores precios, lo cual puede significar más ingresos para el Estado ecuatoriano.

Uno de los cuestionamientos que tienen las preventas es el diferencial con el que se suscribieron, es decir, el descuento que ofrece Petroecuador a las empresas chinas y la tailandesa. Este ha sido calculado en 5,6 dólares por barril, en promedio.

Ese descuento ha causado un perjuicio para Ecuador de unos 4.200 millones de dólares, según cálculos del mismo Petroecuador.

Otro de los efectos del fin de los contratos de preventas petroleras ha sido buscar nuevas preventas. En días pasados, Petroecuador anunció una ‘mini preventa’, o venta ‘spot’ de cuatro meses, que implica sacar al mercado 11,1 millones de barriles de petróleo Oriente y Napo, lo que corresponde al 60 % de la oferta exportable del país de los meses de diciembre de 2023 y enero, febrero y marzo de 2024. El pasado jueves Petroecuador informó que recibió cinco ofertas que son analizadas, que incluyen descuentos de hasta 85 dólares por el pago anticipado del barril de crudo.

En diciembre de 2024 vencerá otro contrato de preventa petrolera con Unipec de China, que implicó la venta de 120 millones de barriles de crudo y que empezó en 2011.

Los otros dos contratos pendientes corresponden a Petrochina, los cuales vencerán en 2027, tras la renegociación de Guillermo Lasso, que amplió el plazo de las entregas de crudo.

Las necesidades apremian

Aunque Petroecuador lo ha negado, la nueva ‘mini preventa’ petrolera que busca concretar la petrolera estatal luce como un intento de conseguir recursos para que el Estado pueda llegar a fin de año con menos sobresaltos.

Para el analista económico José Orellana Giler, socio de Ahead Partners, las preventas petroleras son “una opción que están ahí”, en medio de las necesidades urgentes de dinero y la falta de prestamistas, con un riesgo país que roza los 2.000 puntos.

Para Mauricio Pozo, exministro de Finanzas, la situación fiscal “es angustiante” y si no hay una operación urgente puede haber un problema mayor.

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