Casa blanca
Su historia. El complejo habitacional empezó a construirse en el mes de noviembre de 1987. Hoy sus departamentos se venden o se rentan.Luis Cheme /

Casa Blanca se apaga por la inseguridad

La ocupación que tienen departamentos en la infraestructura no llega ni al 10 %. Los dueños han optado por vender o alquilar sus propiedades

Rita Estévez es una ejecutiva quiteña y hasta hace dos años sus vacaciones de verano las pasaba en su departamento ubicado en Club Casa Blanca (Same, Esmeraldas). Pero en el balcón de su infraestructura ahora tiene un gran letrero que dice “Se vende”, porque la inseguridad ha hecho que no vuelva a disfrutar en familia como antes.

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“Nos duele el alma tener que vender nuestra propiedad que la compramos con mucho esfuerzo, pero nos toca porque ya no lo utilizamos. Esmeraldas era una provincia hermosa, donde nos sentíamos seguros y disfrutábamos mucho de nuestras vacaciones, pero eso es solo un recuerdo, mis hijos dicen que no quieren venir por temor a que los maten o los secuestren”, asegura esta mujer, de 68 años.

Esa misma razón ahuyentó a Damián Castaño del sitio en el que disfrutó de innumerables vacaciones y fines de semana con su esposa y sus hijos. Él y su familia solían quedarse un mes todos los años, justamente en agosto, en su departamento ubicado en uno de los lujosos condominios de Casa Blanca, pero dejaron de ir atemorizados por la violencia.

A diferencia de Rita, Damián no quiere deshacerse de su propiedad, porque guardan en ella un valor sentimental muy fuerte y también porque no pierde la esperanza de que la situación mejore y que Esmeraldas vuelva a ser como antes.

BAJA OCUPACIÓNDesde 2021 se reporta la caída en la utilización de los cerca de 800 departamentos que hay en Casa Blanca. Se dividen en 40 bloques o condominios que ahora están en venta.

Por eso puso su departamento en alquiler en una reconocida plataforma virtual. Eso le genera un ingreso que le permite solventar gastos extras y vacacionar cada año, ya no en Esmeraldas, sino Cojimíes (Manabí), donde suele alquilar una casa por cuatro semanas en temporada de vacaciones escolares.

En años anteriores, en agosto, el Club Casa Blanca estaría al 100 % de su capacidad, pero este año esa cifra no supera el 30 %, según Ana (nombre protegido), recepcionista de uno de los condominios.

Diario EXPRESO intentó conocer cuánto ha caído el número de visitas o de reservas, las estrategias que aplican para incentivar las visitas e inversiones en Casa Blanca y las acciones para destacar su edificación como un destino seguro, pero la asistente del gerente general, Cristóbal Ortega, señaló que se encontraba fuera del país y que no pueden dar declaraciones hasta el 15 de agosto.

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EXPRESO recorrió el sitio el pasado sábado 5 de agosto y constató, por ejemplo, que en el parqueadero del condominio Portobelo 1, que tiene 50 departamentos, había solo tres carros, es decir, solo tres familias se habrían estado quedando en el conjunto ese fin de semana.

“La presencia de turistas aquí en Casa Blanca ha bajado por la inseguridad en Esmeraldas, principalmente. Los propietarios llegan y lo primero que preguntan es cómo está la seguridad. Cuando ocurrieron los atentados del 25 de julio, algunos turistas antes de venir nos llamaban a preguntar si es verdad que tienen que pagar ‘peaje’ a las bandas cuando pasen por el trayecto de Esmeraldas”, asegura Ana.

A Beatriz Espinoza la encontramos debajo de una carpa junto a su esposo. Ellos son de Quito, ambos están jubilados y tienen un departamento en Casa Blanca hace más de 15 años. Su condominio tiene 20 departamentos y el pasado sábado 5 de agosto solo ella y su esposo habían llegado a su propiedad, el resto estaban vacíos.

“En años anteriores había que hacer fila en los ascensores, todos los departamentos estaban ocupados, los restaurantes se veían llenos, al igual que las tiendas del sector, ahora no se ve eso”, asegura Espinoza.

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Sin embargo, en Same y en Casa Blanca la vigilancia policial y militar es permanente.

El complejo habitacional empezó a construirse en el mes de noviembre de 1987, cuando llegaron los primeros 27 trabajadores a ese sitio encabezados por el maestro Luis Baraja. Allí rellenaron un área de manglar y construyeron el hotel Green 9 y el primer complejo de departamentos.

“Justo en el 90 ya el hotel estaba funcionando y un poco más adelante se levantan las dos primeras casas en la parte alta, en lo que hoy es Altos del Mar y cuando se hacen esas casas, empieza la demanda de pedidos para construir más habitaciones similares”, asegura Carlos Olivo Vera, uno de los habitantes más antiguos de Same.

Luego de aquello, más trabajadores y empezaron a construir las primeras casas frente a la entrada del hotel y, a inicios del año 1991, ya había alrededor de 500 trabajadores levantando habitaciones en ese lugar. “Allí arranca el auge turístico en esta localidad”, afirma Olivo Vera.

  • EL SECTOR COMERCIAL SIENTE EL MAYOR GOLPE 

Hugo Ramírez se dedica a alquilar parasoles y tiene un restaurante desde hace 20 años y sin temor a equivocarse asegura que este es el peor año para los comerciantes de la zona por la poca afluencia de turistas.

“En años anteriores, los turistas venían junio, julio y agosto, pero este año se nos fue julio, agosto ya mismo se nos va también y no hemos sentido que hayan venido turistas en gran cantidad como antes”, afirma Ramírez, quien también alquila un viejo cuadrón a los turistas que buscan un poco de adrenalina. John Jairo Sosa tiene un puesto de cocteles en la playa, a pocos metros de uno de los conjuntos de Casa Blanca. Asegura que el mes de julio estuvo flojo y que recién la primera semana de agosto empezaron a llegar los turistas, pero en un 30 % únicamente. “Este año no ha venido la gente por la inseguridad en Esmeraldas, aunque Casa Blanca es un sitio seguro”, dice Sosa, quien conoce a clientes que han dejado de ir a Same y ahora buscan destinos como República Dominicana, México y hasta Dubái.