
Negocios apuntan a los adultos mayores: La vida después de los 60 en Ecuador
Se multiplican los servicios especiales para adultos mayores como matiné en discoteca
Ellos son los vintage, los eternos. Son los abuelos con flow. Son los seniors, los que mantienen una mentalidad joven y dinámica. Son quienes han inspirado la creación de nuevos negocios y servicios enfocados en las necesidades de la edad dorada.
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En Ecuador, 1.520.590 personas son adultos mayores, lo que representa el 9 % del total de la población. Más de 18.000 tienen 95 años o más, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Son un nicho que los emprendedores están comenzando a atender. Un ejemplo de negocios dirigidos a este grupo son las discotecas que abren en horarios especiales. Una de ellas es El Colonial, ubicada en la Zona Rosa de Guayaquil.
El local abre a las 15:00 y, para las 17:00, la sala de baile ya está llena de adultos mayores que llegan acompañados de sus hijos u otros familiares. Las canas brillan bajo las luces de la discoteca. Asisten personas de hasta 90 años, como Jorge Gorotiza, quien fue a celebrar los 53 años de su nuera, Ruth Hidalgo. En su mesa también están Margarita Díaz, de 79 años, y Franklin Gorotiza, de 58. Solo en ese grupo se suman 280 años de experiencia y alegría.
En la discoteca no duelen las rodillas ni molesta la artritis: allí se taconea la jubilación.
“Aquí se viene a vivir una experiencia. A esto le hemos llamado ‘la Guardería’. Por lo general, los adultos mayores vienen con sus hijos y hasta con sus nietos para bailar música de la época del LP o canciones de los años 80”, dijo a Diario EXPRESO Juan Carlos Ramírez, administrador de El Colonial.

Mientras unos se divierten en la pista de baile, otros marcan el compás del 2/4, característico del tango. “Me siento joven y con energía. Más que ser un baby boomer, soy un viejennial. Estudié y me gradué en la universidad después de jubilarme; no me gusta estar inactivo”, comentó César Viteri, de 70 años, mientras abrazaba a su esposa, Dora. Dejaba que el bandoneón, el piano, el violín, la guitarra y el contrabajo tomaran el poder sobre sus cuerpos, permitiendo que la poesía del tango se manifestara en la elegancia del paso y del movimiento. Para ellos, el baile se transforma en un poema.
Saben que la alegría de vivir está en disfrutar de estos espacios de ocio y cultura.
“Las investigaciones han demostrado que el tango mejora la movilidad, el equilibrio, la coordinación, la cognición y el estado de ánimo, además de promover la neuroplasticidad”, indicó Sofiani Figueroa, directora y fundadora de la Academia de Tango de Guayaquil.

Otros prefieren madrugar, y a las 07:00 ya están haciendo ejercicios en piscinas con agua tibia.
“Imagine que una señora de 78 años realiza rutinas con más energía que una de 22. El agua ayuda a fortalecer los músculos, minimizando el impacto en las articulaciones”, mencionó Hipólito González Gómez, licenciado en Cultura Física, Deportes y Recreación, certificado en Aqua Fitness Trend y educador acuático de HG Coach.
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Ahora hay más gimnasios especializados en rutinas diseñadas para adultos mayores, enfocadas en mantener el equilibrio y fortalecer la musculatura. Por ejemplo, Fisioage EC es un gimnasio exclusivo para personas de 60 años en adelante. También ofrecen servicios a domicilio, para quienes tienen alguna condición médica. Antes de comenzar cualquier actividad, se realiza una valoración médica integral.

La música ayuda a la memoria
La Academia de Arte Scarlette Pazmiño ofrece clases de castañuelas para adultos mayores, quienes recientemente se presentaron en el Festival de Mayo, organizado por la Agrupación Cultural y Fraternidad en la Alianza Francesa.
“Al trabajar con un instrumento musical, también se activa una labor mental: se requiere concentración, motricidad fina y memoria”, explicó Scarlette Pazmiño, máster y profesora de castañuelas.

También hay profesionales, como psiquiatras, que utilizan la musicoterapia. “Atiendo a una paciente con Alzheimer, un trastorno neurodegenerativo que afecta la memoria. Cuando empieza a tocar el piano, recuerda canciones y comienza a cantar”, contó la psiquiatra y maestra concertista Carlota Manrique.
Agregó que la música y el arte en general mejoran la capacidad intelectual, la autoconfianza, el ánimo y las habilidades sociales.
Destacó que todas estas actividades son fundamentales, pero que nunca se debe renunciar a brindar tiempo, cariño, compañía y abrazos.
La suma de todo esto reduce el estrés y la ansiedad, fortalece el sistema inmunológico y mejora el sueño.
La vida se mide en los momentos que hacen vibrar. En cada paso de baile, en cada nota de castañuela, en cada sonrisa, estos adultos mayores enseñan que envejecer no es apagar la luz, sino encenderla con más fuerza. Ellos viven con ganas. Y eso, más que admirable, es inspirador hasta para el mundo comercial.
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