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El doble aislamiento de Colimes

Hace dos meses colapsó el puente que atravesaba el río Daule para conectar al cantón de Guayas. Sigue aún con gabarras

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El paso del río Daule, a través de gabarras, genera extensas esperas de autos y personas para salir e ingresar a Colimes.Edgar Romero / EXPRESO

Todo Ecuador lleva más de tres meses en aislamiento. Pero no aislados por una barrera física como la que distanció el pasado 23 de abril a Colimes del resto del país. Los vecinos de ese cantón llevan casi dos meses desconectados por culpa de un ahora inexistente puente.

Ese día colapsó la estructura que atravesaba el río Daule y permitía a ese 80 % de comerciantes que hace vida en ese cantón del Guayas abastecerse y trasladarse a Guayaquil, Palestina o Balzar. Sus diligencias, compras y sus relaciones con este lado del río ahora dependen de una gabarra que atraviesa el cauce no sin generar unas filas eternas de autos que antes se movilizaban ágilmente por la vía.

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La alcaldesa Jackeline Ordóñez Murillo gestionó la llegada de la embarcación para habilitar alguna forma de traslado a la espera de una reconstrucción del puente rápida, como se había prometido. Una obra que está en manos de la Prefectura del Guayas y cuyos estudios no se han contratado aún. Ante la extensión de la espera, la funcionaria municipal consiguió la semana pasada la ayuda de otra gabarra. 

De 06:00 a 18:00 cruzan el río llevando al lomo vehículos y personas, que a cada segundo oran a su patrona Santa Rosa, a ver si la influencia religiosa acelera la llegada del nuevo puente y termina el toque de queda impuesto por la barrera física del río. 

Nadie puede salir de Colimes desde las seis de la tarde, diga lo que diga el semáforo que regula las restricciones del coronavirus. Solo en casos de emergencia, se moviliza la embarcación en horario nocturno.

No solo es la espera o el límite de horario lo que sacude a los vecinos, sino el pago de nuevo pasaje. En torno a un millar de vehículos, entre camionetas, camiones, automóviles y motocicletas cruzan usando las gabarras, que aunque cobran económicamente la ida y vuelta ya es pellizco adicional que no tenía el paso por el puente. Muchos se dirigen a Manabí, a los cantones de Olmedo, Santa Ana o Portoviejo. 

Con la fe en Dios y en nuestra patrona, nos vamos a reactivar. Tenemos que seguir trabajando como hacíamos anteriormente; no pongamos el obstáculo de que no hay puente.

Jackeline Ordónez
alcaldesa de Colimes

“Esperamos que pronto esté el puente. Tomamos siempre esta vía porque es más corta, ahorramos tiempo y dinero en combustible, pero es un poco difícil pasar en esta gabarra. Hay que hacerlo...”, se resigna Eduardo Mota, comerciante del cantón Santa Ana.

Dionisio Troncoso Cedeño, habitante de Colimes, también se lamenta de la vuelta al pasado. Después de 15 años, recuerda, nuevamente han vuelto las gabarras. “Solo de día podemos salir a otras localidades y los domingos, por lo decretado por las autoridades del país, no hay gabarra” se queja rememorando la sensación de aislamiento de Colimes. “La pandemia no nos ha golpeado tanto como la caída del puente, que tenía más de una década construido”.

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El cantón lleva ya 19 días en semáforo sanitario amarillo, ya que, según contó la alcaldesa a EXPRESO, el comercio no aguantaba más estar paralizados. “Con la fe en Dios y nuestra patrona nos vamos a reactivar”, aclama Ordóñez Murillo. “Colimes se levantará, a pesar de todos los obstáculos que tenemos hoy. Tenemos que seguir trabajando como lo hacíamos anteriormente, pese a que no haya puente”, recordando a sus vecinos que, pese a las circunstancias, no deben abandonar los hábitos de prevención del coronavirus. 

Pese a que el COVID-19 tenga también que esperar a la gabarra si quiere llegar a Colimes.

La obra, en manos de la prefectura del Guayas

El pasado 27 de abril, el Ministerio de Obras Públicas informó que, mediante un convenio interinstitucional con la Prefectura del Guayas, se encargaría de entregar dos puentes Delta de 70 metros de longitud cada uno.

“Trabajamos de manera conjunta con el GAD del Guayas para encontrar dos soluciones. La temporal es la rehabilitación de la vía lastrada de 33 km que conecta Santa Lucía – Pedro Espinal – Piñal – Colimes y la segunda solución (que será) definitiva, que es la provisión de los dos puentes. El GAD del Guayas se encargará de la ejecución del pilotaje”, dijo el ministro Gabriel Martínez.

La estructura de los puentes, cuya inversión asciende a 5 millones, fue movilizada desde Chimborazo el 6 de junio. El plazo estimado de construcción es de tres meses.

En el Portal de Compras Públicas, la Prefectura subió un proceso para contratar los estudios y diseños de la infraestructura del puente, cuyo estado está como “esperar acuerdo”. Según el mismo proceso, el contrato debió haberse adjudicado el 16 de junio.