Cartas de lectores: Destierro de la violencia

Los derechos a buena educación y salud, pilares fundamentales de una Constitución que trabaja para todo un país

Datos estadísticos reflejan el incremento de sicarios juveniles por asesinatos. perpetrados en México, Colombia, Ecuador y Perú. En México, en las ciudades de Sinaloa y Sonora el reclutamiento hecho por las bandas de narcotráfico a menores de edad crece, la Policía ha logrado detener a sicarios menores de 14 años de edad que han perpetrado crímenes. 

En Colombia, la muerte del precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, baleado por un sicario de 15 años. En Ecuador, la Policía detuvo a 1.326 niños entre 12 y 17 años de edad en los meses de enero a junio de 2023, por diferentes crímenes realizados contra la sociedad. En las investigaciones realizadas busca un patrón, sin que al momento “hayan desagregado las causas ni reconocido el problema”, solo se reconoce que viven en zonas de extrema vulnerabilidad y que existen proyectos estatales y municipales, pero que no estarían “articulados”. 

En Perú, ciudades como Trujillo, Piura y Chiclayo tienen un ascenso vertiginoso de sicarios, con un crecimiento que va llegando a Lima. Como se aprecia, las causas no están solo en proveer más bienes ni mejoras físicas, es necesario que exista una transformación en el plan de estudios de educación, en el que se enseñe principios como el uso de la libertad, que es una facultad que tiene una persona para obrar de una u otra manera, haciéndola responsable de sus actos, enseñándole que la libertad, siendo el derecho de más alto valor, asegura la libre determinación de los demás, lo cual obliga a obtener una conducta de vida. 

La obligatoriedad como asignatura, realza los principios morales, creando una conducta ética basada en el respeto a la vida, a los bienes de los demás, en la honradez, la honestidad, la decencia, el amor al trabajo propugnado por la emulación, la prudencia, el desarrollo de un ideal, el amor hacia los padres, la unión familiar y respeto al prójimo, como también el desarrollo de las cualidades innatas, lo que redundará en beneficio propio y luego para el avance de la sociedad. Los principios éticos y morales son la base de una Constitución aplicada en cualquier país; ninguna norma social prevalece si los individuos que la practican no tienen principios éticos y morales individuales. Estos forman los derechos a buena educación y salud, pilares fundamentales de una Constitución que trabaja para todo un país, que forma un solo bloque, a través de su comprensión, amor al prójimo y respaldo general económico.

Julio César Palacio Barberán