Mientras se apagan las luces, se iluminan las caritas de los pequeños de la Unidad Intercultural Bilingüe Quilitagua, de la ciudad de Guaranda. Risas y susurros se escuchan mientras empieza a proyectarse la película. Cuatro cortos, que cuentan diferentes historias sobre culturas de mundos lejanos, fueron los escogidos para ese día.

La misma experiencia se vivió en la comunidad Surupogio, ubicada en lo alto de las montañas de la provincia de Bolívar.

Las funciones son parte de la programación del Festival de Cine Ecuatoriano Kunturñawi (Ojo del Cóndor), que desde hace doce años se encarga de llevar la magia del cine a sectores que comúnmente no tienen acceso a disfrutar del séptimo arte.

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Durante tres semanas, auditorios, comunidades indígenas, mercados, plazas, unidades educativas y universidades de varias ciudades de la zona centro del Ecuador (Bolívar, Pastaza, Tungurahua y Chimborazo) podrán disfrutar de las proyecciones.

“Tenemos cifras dolorosas en cuanto al acceso al cine. El festival es una respuesta para devolver a la comunidad la cultura y el arte, mirar una película, reflexionar sobre ella”, explicó Piedad Zurita, directora de Fundación Arte Nativo y creadora y directora del festival.

El objetivo de este grupo humano que recorre comunidades, mercados, plazas y teatros es tener espacios muy diferentes para consumir arte y cultura y captar nuevas audiencias. “Las películas ecuatorianas llegaban solo a las ciudades principales. Con este festival, las audiencias son diversas, del campo y la ciudad”, añadió.

Este es el tercer año que el festival cuenta con una plataforma digital. Gracias a ello, otros países han podido enviar filmes y tener audiencias en Filipinas o Tailandia, indicó Kevin Luna, cineasta y parte de la organización.

Este año, el festival de cine presenta calidad y variedad. “Entre las películas seleccionadas, tenemos cortometrajes de ecuatorianos residentes en Argentina, cintas ecuatorianas destacadas de otros festivales, como el documental ‘Pepedrilo’ que compitió en Cessa México, un reportaje sobre cómo los indígenas en Colombia recuperan el uso ancestral de las plantas de poder, la reciente cinta de Ana Cristina Barragán y una interpretación moderna del tesoro de Atahualpa, entre otras obras destacadas”, detalló Luna.

De las 94 películas que pasaron el primer filtro del festival, un jurado experto en cine eligió 46 para proyectarlas en las salas. Todas ellas aspiran a obtener el reconocimiento en las categorías de mejor película (premio del público), largometraje documental y ficción, y cortometrajes: ficción, animación y documental. Además, hay una categoría especial para cortos universitarios.

La agenda del festival incluye, además de las diferentes funciones, talleres de cine y producción. Asimismo, después de cada proyección, habrá foros con la participación de directores, productores o actores, que responderán las preguntas e inquietudes del público.

La ceremonia de premiación se llevará a cabo el próximo sábado 18 de noviembre de 2023, en el histórico Teatro León de la ciudad de Riobamba.

Cada fotograma representa uno de los públicos objetivos del festival, que busca promover el cine ecuatoriano en todas sus expresiones. El color rojo que recorre a los personajes evoca la pasión, la fuerza y la vida. Con esto, el artista Guido Chávez quiso transmitir el espíritu de esta edición, que se lleva a cabo con amor y compromiso para descentralizar y garantizar el derecho de las comunidades a ver cine. Los pequeños indígenas son los más felices con este festival.

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