ITT campo Ishpingo
Demostración. Personal técnico de Petroecuador extrae el crudo para demostrar la calidad del petróleo.Cortesía

El campo Ishpingo es la joya de la corona del Yasuní

En ese bloque ya no existen mecheros, sino tuberías subterráneas 

Más del 70 % de las reservas del bloque 43 se encuentran en el campo Ishpingo, ubicado en el Parque Nacional Yasuní, en Orellana. Su importancia económica para el país se mide en barriles: 21.000, que se producen cada día y que junto con los campos Tambococha y Tiputini (fuera del Yasuní) dejaron al Estado una rentabilidad de $ 1.528 millones en 2022.

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Sin embargo, su rentabilidad ha sido puesta en duda en las últimas semanas. Uno de los argumentos utilizados por las organizaciones ambientalistas es que el crudo de Ishpingo es tan denso, como si se tratara de una melcocha o una brea seca, que no es rentable, pues se requiere de una tecnología para su refinación que no tiene el país.

EXPRESO ingresó al bloque 43 ITT, y visitó la plataforma Ishpingo A, en donde se encuentran 19 pozos de racimo. La tecnología que allí se usa es la más moderna, dice Walter Paredes, gerente de activos del ITT.

El petróleo fluye de forma subterránea a través de redes de tuberías, esta técnica ha dejado en la obsolescencia las antiguas plataformas, en donde el gas que resultaba de la explotación era quemado en mecheros, que eran torres con una llama permanente.

“Aquí no hay mecheros. Todo es automatizado y cuidado con detalle para evitar derrames. Y no hemos tenido ninguno”, asegura Paredes.

Junto con otros técnicos de Petroecuador, Paredes se acerca a los pozos para sacar muestras de la calidad del petróleo. Los cabezales del pozo están pintados de amarillo, azul y rojo, que los ayuda a recordar que trabajan para todos los ecuatorianos: los del campo y la ciudad.

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Con cuidado abre una de las válvulas y desde el interior de la tierra, a unos 2.500 metros de profundidad, sale un líquido negro viscoso. Lejos de parecerse a una melcocha, su aspecto es más como una pintura negra diluida en agua.

Del pozo Isphingo A23-U, el petróleo sale a 80 grados de temperatura. Los técnicos manipulan con cuidado; evitan derramarlo. Una sola gota en el suelo implica un procedimiento de contención, que es fiscalizado por el delegado del ministro del Ambiente que acompaña la operación.

Walter Paredes posa ante las cámaras mientras explica que de ese pozo el epi es de 10 grados (de buena calidad). En un segundo yacimiento denominado M, el crudo fluye con un epi de 14.5. Los dos crudos se mezclan y recorren las tuberías subterráneas hasta llegar a la Central de Procesos Tiputini. Allí, el crudo es tratado. La idea es limpiarlo del agua y gas.

  • Ingresos. 1.528 millones de renta petrolera se obtuvieron en 2022 como consecuencia de la explotación en este sector de la Amazonía.