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Pueblos. La población indígena ha crecido, mientras que los afroecuatorianos y blanco son menos, según el Censo 2022.Presidencia EC

Cambios en las etnias y una morosidad arroja el censo

Académicos creen que ciertas poblaciones no se habrían identificado con sus etnias. El censo evidenciaría ciertas mejoras en el desarrollo del país

Aunque para varios expertos académicos los resultados del Censo de Población y Vivienda realizado por el Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC) no son muy confiables en algunas variables; sin embargo sí confían en lo que evidencia el estado de los servicios básicos.

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De acuerdo con los datos del INEC, en 2022 hay 3,72 millones más de ecuatorianos que se autodefinen mestizos que en 2001. Así también, el año pasado, 1’301.887 dijeron ser indígenas; hace 21 años, 829.861 personas se identificaron pertenecientes a esa etnia.

Pero, por otro lado, en la actualidad, menos personas (374.925) expresaron que eran blancas a diferencia de 2001 (1’265.151), así como afroecuatorianas; en 2010 se registraron 1’039.950 y 12 años después, 814.468 personas.

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Florencio Delgado, antropólogo, docente e investigador de la Universidad San Francisco de Quito, no cree que, con un censo, Ecuador pueda autodefinirse, debido a que hay un juego de identidades: “usted puede contestar en el Censo cualquier cosa, pero una cosa es lo que usted cree que es y otra cosa es cómo la gente lo percibe”.

De acuerdo con su experiencia, el catedrático comenta que “hay gente que no se pregunta y dice yo soy mestizo, pero uno los ve y al indagar sobre su familia resulta que no es mestizo”. Lo que evidencia que ser mestizo es el ‘default’ y a su vez tiene una diversidad, ya que existe el mestizo de Cumbayá (Pichincha) o de Samborondón (Guayas), que suelen tener un apellido nacional y otro extranjero, que no es lo mismo que se apellide Quishpe, por lo que pueda ser casi indígena. “Esos bordes son bien difíciles y la palabra mestizo es para todo”. Lo que evidencia por qué esta categoría étnica tenga el valor más alto, declara Delgado.

Carol López, socióloga y catedrática de la Universidad de Guayaquil, cree que también se debe tomar en cuenta que las personas que levantaron el censo no tuvieron las condiciones para salvaguardar su integridad, por lo que, a su criterio, existieron sectores en donde no hubo presencia del INEC para levantar los datos. Por lo que, en este censo,“la población afroecuatoriana ha disminuido en relación con el de 2010”, ya que en Esmeraldas hay lugares de difícil acceso por la violencia.

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Por lo que, estos datos perjudicarían a esta población, sostiene López, ya que “los gobiernos descentralizados estarían dando palazos de ciegos para realizar su política pública, así como los planes y proyectos para garantizar los servicios ciudadanos”.

Aunque también podría ser que no quieren ser asociados con esa etnia por miedo, vergüenza o por otras razones, sugiere Delgado. En cambio, con la categoría blanco, expresa, hay muchos que creen que es un color y así se definen, pero no lo son. “Lo que la población no se da cuenta es en cómo sus respuestas influyen en el acceso a los servicios”; por lo que insiste en que el problema radica en que los números no están correctos.

En cambio, la población montuvia desde 2010 comenzó a ser recién contabilizada. Por lo que “ahora aparece con un porcentaje muy importante, que está a la par de la población que se autocalifica como indígena e incluso, es superior a la afroecuatoriana”, analiza César Montúfar, sociólogo, exasambleísta, experto en Ciencias Políticas y catedrático de la Universidad Andina Simón Bolívar.

Su importancia, sostiene Montúfar, radica en que como país nos habíamos percibido como un país de mestizos, indígenas, afroecuatorianos y blancos; pero desde este censo, los montuvios adquieren una enorme representatividad, por lo que posiblemente tengan repercusiones a nivel social, de pedido de política públicas y también político.

Esto muestra que “hay mayor conciencia de autodeterminación nacional”, sostiene la socióloga y esto se debe a que mucha gente -adolescentes y jóvenes hasta los 39 años- comenzó a identificarse con las figuras relevantes de los movimientos indígenas y con las manifestaciones que realizaron en 2019 y 2022. Es así como, Yaku Pérez al participar como el primer presidenciable indígena en las anteriores elecciones de 2021, junto a Pachakutik, peleó el segundo lugar con el actual presidente Guillermo Lasso; lo que evidencia, manifiesta López, que hay un mayor arraigo identitario hacia los pueblos indígenas.

No obstante, Delgado hace hincapié en que los procesos de etnogénesis son mucho más lentos en la Costa que en la Sierra, debido a que “estamos acostumbrados a que los indígenas se vistan, hablen y actúen de una forma”, por lo que cuando esas características no existen, la gente no los considera como tal. Pero la identidad étnica no necesariamente tiene que ver con la forma de hablar, afirma el antropólogo; es por eso, por lo que, aunque hay muchas comunidades indígenas en la Costa, ellos no se identifican como tales.

Por otro lado, para Montúfar es notorio el número de ecuatorianos que han nacido fuera del país. “Aquí sí se refleja la emigración de ciudadanos al país, ya que los ecuatorianos han salido y siguen saliendo a partir de la pandemia en cantidades importantes”.

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En casi un 10 % se incrementó drásticamente la vivienda en apartamentos y representa una marcada tendencia del cambio en la organización social de las familias.

Florencio Delgado,
catedrático de la Universidad San Francisco de Quito
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Explica que, el mundo, cuando se hace referencia a la movilidad humana, no solo se piensa en el éxodo venezolano, también en otras nacionalidades, entre ellas, la ecuatoriana. Por lo que analiza que la cifra de que hasta 2022 éramos 16’938.986, “está subrepresentada en función de no conocer exactamente cuántos ecuatorianos han salido de Ecuador”.

En torno a los servicios básicos, Delgado comenta que casi todos los hogares, en un 97,5 %, tienen acceso a la electricidad. En cuanto al acceso al agua, en 2001, la cobertura era de un 67,5 %, pero el año pasado llegó al 84,2 %; aunque no es un mal número, califica el antropólogo, “deberíamos tener el 90 %”.

López menciona que, aunque el censo evidencie que la recolección de basura cubre al el 88,7 % de la población, este valor no guarda relación con la realidad de ciertas provincias de la Costa.

El alcantarillado es el indicador más bajo (65,8 %) al 2022, lo que muestra que todavía hay una carencia de este servicio en el 34,2 % de la población, expone Delgado. En 2001, la cobertura no llegaba a la mitad de la población (48 %).

Para Montúfar, “si bien hay mucho por trabajar, se ve un avance significativo en estos años”. A su parecer, estos datos indicarían que, aunque Ecuador es un país donde aún hay muchas insuficiencias y déficits, “debemos comenzar a pensar en que ya no somos ese país que éramos hace 50 o 60 años atrás: uno de los países más atrasados y pobres de América Latina y de América del Sur”.

El que el indicador de departamentos se esté incrementando y el de casa comience a disminuir se debe a que comprarse un terreno de 1.500 metros ya es un lujo.

Carol López;
catedrática de la Universidad de Guayaquil