Elecciones. Alejandro Domínguez ocupaba el cargo interino en el organismo por Napout. Ayer en los sufragios fue respaldado.

La bahia, un laberinto de 7.000 comerciantes

Al hablar de la bahía en Guayaquil, sus habitantes saben que no se hace referencia a una entrada de mar inexistente en esta parte de la geografía ecuatoriana, sino a un área donde se desarrolla febrilmente el comercio. De esta forma identifican a un lugar donde se abrevia la principal actividad que se ejerce en esta ciudad puerto. Los comerciantes se han organizado en alrededor de 93 asociaciones, según los productos que ofertan. Son aproximadamente 7.000 comerciantes repartidos entre ambulantes o en más de 4.300 locales, que se ubican sectorizados. Las organizaciones pioneras de comerciantes en la bahía son la Asociación Mejía, General Franco y Huayna Cápac. Se formaron pensando en la necesidad de tener personería jurídica y de estar unidos en gremios legalmente conformados. La Asociación Mejía cuenta con 80 locales y se caracteriza por la venta de artículos varios, indica Alberto Beltrán, de 76 años, quien trabaja desde los 20 como vendedor en algunos locales de su gremio. Beltrán comercializa camisas de origen panameño. Su jefa es la hija de la dueña, quien lo considera un empleado de confianza. Su sueldo se lo calculan de acuerdo con el monto que vende: por cada $ 20 en camisas, comisiona $ 3, lo cual lo obliga a esforzarse por atraer clientes voceando sus productos y siendo creativo, para que no vayan a otro local. La Asociación General Franco tiene 250 locales y es la más grande de todas. Se caracteriza por venta de tecnología, principalmente relojes, celulares y accesorios para estos. En cuanto a móviles, ofrecen desde genéricos chinos hasta originales de toda procedencia. Rodrigo Celi, miembro de esta agrupación, abrió su local hace más de dos décadas. Lo obtuvo a través de amigos que le informaron sobre la posibilidad. Se endeudó con 125.000 sucres para conseguirlo. Él vende relojes y brinda servicio técnico de reparación para estos y todo tipo de aparatos electrónicos, lo que es realmente su mayor fuente de ingresos Según Celi, los beneficios de estar asociados son varios, ya que aparte de la representación legal, conforman una caja común de crédito. Esto les permite tener un fondo para reponer mercaderías, realizar reparaciones y mejoras en sus locales o contratar guardianía privada, especialmente para las noches y horas no laborables. En general, tener más peso en el caso de reclamos o pedidos a las autoridades y a la vez poder tomar resoluciones en conjunto. En la Asociación Huayna Cápac se ofrece una gran variedad de medicinas, utensilios médicos, licores y cigarrillos. Es uno de los sectores más visitados por quienes buscan, a precios que les resulten asequibles, lo que recetan los galenos. Este sector es continuamente supervisado por las autoridades de salud, pues a pesar de que la gran mayoría de comerciantes son serios y conscientes, ocasionalmente se han detectado productos vencidos o falsificados. Lo mismo ocurre con los licores. Manifiestan los propietarios de locales que la invasión de comerciantes chinos los afectó muchísimo, pues no podían competir con ellos en precios, y en muchos casos terminaron vendiendo mercadería de esa misma procedencia para ser competitivos. Sin embargo, ahora el asunto está muy malo incluso para los propios chinos. “La gente no compra. Puedo ofrecer un pantalón que normalmente cuesta $ 10 en $ 5, o hasta en $ 3, y no se vende, no hay plata”, dijo Fernando Menesses, comerciante. En sus locales El comerciante ante la crisis En la actualidad, en contraste con lo que ha ocurrido históricamente, el comentario generalizado en todas las áreas de la bahía y de los vendedores de los distintos tipos de mercaderías, es que el negocio no está bueno. Dicen que la crisis económica que sufre el país los ha afectado enormemente, que las ventas están pésimas, que no logran cubrir ni el valor de los servicios básicos más pago de empleados y ayudantes. “Antes venía la gente a comprar o aunque sea a mirar la ropa. Ahora ni los ladrones aparecen por los alrededores”, indicó Orlando Robles, propietario de un local de venta de jeans y ropa en general, ubicado en la calle Capitán Nájera, a EXPRESO. “Por los alrededores, porque aquí adentro no se atreven a venir los rateros. Saben lo que les espera”, acotó, afirmando que al que se captura se lo lincha.