Quito- quebradas- Cumbayá
Situación. El reciente colapso de un muro no dejó víctimas, pero sí mucho temor entre los habitantes.René Fraga/ EXPRESO

Una alcantarilla pone en riesgo a usuarios y moradores del chaquiñán de Cumbayá

Los habitantes de la zona exigen una solución definitiva a autoridades. El problema no es nuevo, pero se agrava con cada lluvia

Una parte de los 18 kilómetros del chaquiñán de Cumbayá, que está ubicado al oriente de Quito, estaría en serio peligro de colapsar. Por allí pasan centenas de personas caminando o en bicicleta a diario, aunque la mayoría no se ha dado cuenta que fue necesario hasta cortar algunos árboles que estaban a punto de caerse debido a las lluvias.

Lo peor sucedió el 11 de mayo pasado, cuando la alcantarilla colapsó en el barrio Las Mandarinas. En un video, Camilo Suárez documentó cómo el agua lluvia, mezclada con aguas negras, salía a borbotones por todos lados. “Fue en la tarde, los muros cedieron y no pudimos hacer nada”, comentó el morador de ese sector.

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Su casa, en la que viven cinco familias más, es la más afectada, pues aún ha quedado el rastro de la inundación que se produjo esa tarde. “Hay un niño que quedó asustado y lo tuvieron que llevar a casa de familiares porque decía que se iba a morir”, relató.

Pero esta no es la primera vez, aunque sí la más fuerte, que sucede algo así. Ya se habían acostumbrado a desalojar y trapear el lodo que ingresa a los patios. Esta vez entró hasta las habitaciones.

Al sitio llegó un equipo del Cuerpo de Bomberos de Quito y removió los escombros. “Nosotros intentamos hacerlo, pero fue imposible”, acotó Nora Véjar, otra de las afectadas.

Quito- quebradas- Cumbayá
Los moradores ven con temor los daños que se han producido a pocos metros de las viviendas que habitan.René Fraga/ EXPRESO

Sin embargo, el problema persiste por lo que apuntalaron los muros con estructuras de hierro y algunos palos. También colocaron una lona y cintas que alertan el peligro para que los caminantes no se acerquen a la parte derrumbada.

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“Ni siquiera eso ha hecho el Municipio, tuvimos que precautelar a los deportistas”, reclamó Camilo. Incluso han hecho huecos en las paredes para desfogar el agua que entra en las viviendas. “Hicimos una tubería con baldes viejos porque tampoco tenemos grandes recursos”, agregó Nora.

Esto se suma a los malos olores que deben soportar de la quebrada Tajamar, pues las aguas servidas de los conjuntos y colegios aledaños van a dar al cauce.

La Empresa Metropolitana de Agua Potable y Alcantarillado (Epmaps), a través del departamento de comunicación, informó que se planifica realizar un separador de caudal, pues la red aguas abajo reduce su sección y trabaja a presión.

“Con este separador, cada vez que llueva, el exceso de caudal pluvial se lo descargará a la quebrada”, indicaron. La intervención está prevista para la próxima semana.