Quito

CARPINTERÍA
Pérdida. María Elena Chapi muestra lo que quedó del taller de carpintería de su esposo. La casa se asienta al filo de la quebrada en el sector de San Antonio, en el norte de la capital.GUSTAVO GUAMÁN

Vecinos viven al filo de la tragedia

En el barrio Señor del Árbol piden ayuda hace 20 años. El Municipio respondió que son asentamientos irregulares

De un taller de carpintería quedaron solamente ventanas rotas, vigas de madera y varillas dobladas. Para María Elena Chapi y su esposo quedó también la deuda de las obras que se perdieron y que debían entregar a sus clientes.

La casa de esta familia se asienta en el norte de la capital, al filo de la quebrada del río Monjas, la misma que fue declarada en emergencia el 5 de octubre de 2021. “No hemos visto acciones desde que pasó. Se la pasan inspeccionando”, reclama la afectada.

Todo ocurrió, según recordó María Elena, la noche del 31 de diciembre, desde las 21:00. El ruido que provocó la caída de la estructura se confundía con los juegos pirotécnicos de las festividades para recibir el 2024. Alcanzaron a rescatar algunas herramientas. “El taller era nuestro sustento. Todavía no hemos contabilizado cuánto perdimos”, explica la mujer. También puede leer: "La Marín: explosivo envuelto en papel de regalo fue entregado en una casa"

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La situación no es reciente. María Elena ya no duerme ni come en paz por el temor de que se caiga toda la casa. Esa sensación la tiene desde hace más de 20 años. “Ya advertimos sobre la caída del talud, perdimos bastante terreno”, dice.

Tampoco es la única afectada. Emma Flores ya tuvo que abandonar su casa hace seis meses porque la mitad de la infraestructura se fue al abismo. “Tuve que ir a arrendar cuando ya tenía mi casa propia en la que invertí todos mis ahorros”, relata la afectada.

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Según los moradores del sector, el problema radica en que la cuenca del río fue ocupada por agricultores que han desviado el cauce. “El río golpea con más fuerza el talud cuando crece. No sabemos cómo les permitieron”, reclama Patricia Tituaña, también vecina.

Allí se cultivan varias legumbres que aparentemente se expenden en los mercados de la capital. Patricia explica que hace algunos años estuvieron dispuestos a construir ellos mismos un muro de contención, pero recibieron una multa del Municipio capitalino.

Dicen que seguirán monitoreando. La situación de al menos cinco familias es de conocimiento del Cabildo. Byron Carrión, administrador de la Zona La Delicia, comenta a EXPRESO que en las últimas semanas se han realizado mesas de trabajo con la Dirección de Riesgos, para tomar decisiones.

“Tampoco se ha logrado que los que viven arriba (filo de la quebrada) se pongan de acuerdo con los que están abajo (los dueños de cultivos)”, dice.

El funcionario apunta a que el Cabildo no ha entregado permisos de construcción en esa zona, a pesar del riesgo. “Se busca realizar un retiro ordenado de las personas que están ahí”, manifiesta.

Sin embargo, este retiro no contaría con el apoyo de la entidad municipal, pues al ser un asentamiento, como lo califica Carrión, los afectados no tendrían derecho a ello.

Lo incomprensible es que funcionarios municipales llevaron a los afectados a ver departamentos en Ciudad Bicentenario (en el norte de la capital) para su posible reubicación.

“Era para que conozcan un proyecto de interés social y vean si se pueden endeudar”, explica Caroline Flores, analista de seguridad de la administración. “Yo llevo tres meses de aquí para allá en el Municipio para la reubicación. Así me tienen”, reclama Patricia Tituaña.

La autoridad responsabiliza a los habitantes del sector afectado de la situación, pues habrían construido allí, a pesar del riesgo en la zona. Los moradores se defienden y dicen que cuando ellos llegaron hace más de 20 años había por lo menos unos 30 metros de terreno hacia la quebrada. “Seguiremos monitoreando. Debemos encontrar otra salida en las mesas de trabajo”, finaliza Carrión.

El problema se presentó en el barrio Señor del Árbol, ubicado en el sector de San Antonio de Pichincha, en el norte de Quito. Las personas en riesgo aseguran que están pidiendo ayuda desde hace 20 años. 

Factores

Según Caroline Flores, analista de seguridad, una de las razones de que el talud siga cayendo es que la zona está en la falla geológica del Catequilla.

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