Quito

Los extranjeros aprovechan los enormes baches en la vía para rellenarlos y ganar algo de dinero.
Los extranjeros aprovechan los enormes baches en la vía para rellenarlos y ganar algo de dinero.DANIELA MOINA

Tres jóvenes ‘bachean’ las calles bajo pedido

Son inmigrantes y como pago reciben colaboraciones de los conductores. Bajan tierra de las montañas para realizar la labor

Tres jóvenes venezolanos se levantan antes de las 07:00 todos los días en el barrio San Enrique de Velasco, noroccidente de Quito, y van hasta la casa de un vecino donde retiran un pico y una pala para trabajar en la calle OE11.

Hace unas semanas, José, Derek y Jesús idearon una forma de ganarse unos cuantos dólares para sobrevivir: tapando los enormes baches de la vía que une Velasco con el sector de La Planada.

La avenida presenta fisuras y daños desde hace varios años, manifiestan los moradores. Estos solo se han agravado con la temporada invernal. Para llevar a cabo las ‘reparaciones’, los jóvenes usan la tierra de la montaña que rodea el sector.

Recogen el material en baldes y lo van colocando en los ‘cráteres’ sobre el asfalto que, según los conductores, ya tienen años. Se forma una especie de peaje en el que uno de ellos extiende el brazo para pedir colaboraciones.

Algunos les agradecen por arreglar de algún modo la calle, una responsabilidad del Cabildo capitalino que no se cumple a cabalidad. Reconocen que las llantas de los carros se dañan. Otros, en cambio, les reclaman por ocasionar una polvareda.

José llegó a la capital hace un par de semanas con su esposa y una bebé de casi un año. “Vinimos caminando desde Colombia, ahí estuvimos algunos meses”, detalla.

En Caracas, su tierra natal, trabajaba como mensajero de una institución pública, pero la situación era insostenible. Tuvo que salir con su familia para buscar días mejores, pero en Quito la búsqueda de trabajo no ha sido sencilla.

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Epmmop: “No hay asfalto para las obras”

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Sin embargo, como las necesidades no esperaban, ni el alquiler de la vivienda, o los pañales de su hija, tuvo que ideárselas para generar ingresos. “No podía dejar a mi familia morir de hambre”, dice.

Lo que recaudan diariamente, ‘bacheando’ las vías durante doce horas, no es suficiente. “Nos alcanza a tres dólares para cada uno”, dice el joven. Sirve para un poco de arroz y los pañales de las niñas.

Además, deben pagar siete dólares diarios por el alquiler de las herramientas que utilizan en su trabajo.

Con él está Jesús, de 15 años, que también debió unirse a este emprendimiento para aportar en casa. Él es el encargado de remover la tierra de la ladera para que José la cargue en los baldes. Pero esto no es un trabajo que deseen seguir haciendo, pues también han sido agredidos por algunos conductores. “Nos dicen de todo, pero nos aguantamos porque tenemos hambre”, relata.

Mientras tanto, la situación de las vías de la capital, como indicó EXPRESO ayer, es compleja. Según datos de la Empresa de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop), se han destinado $ 26 millones este año para la repavimentación. Los trabajos quedaron frenados por falta de asfalto, pero se retomarán esta semana tras el arribo del material. Esta segunda parte del plan de obras contempla la intervención de 100 kilómetros de vías, pero no se ha aclarado en qué puntos.