Quito

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Show. Las acrobacias de los canes policías arrancaron risas a los niños.Ángelo Chamba / Expreso

Los policías y sus canes homenajearon a los niños que viven en casas hogar

Un agasajo navideño lleno de amor y diversión se vivió en la Unidad Nacional Canina

Alegrías y muchos regalos. Así de especial fue la mañana de este 21 de diciembre de 2021  para los niños de tres casas de acogida que funcionan en Quito.

Lejos de las cuatro paredes blancas, en donde debido a una orden judicial deben permanecer internos, los menores disfrutaron de un cielo azul, un patio cubierto de césped, de golosinas, de un show canino y de los abrazos de los policías de la Unidad Nacional Canina, quienes organizaron un agasajo navideño para compartir con los más pequeños.

“Esta es su casa. Lo que sea que necesiten estamos para serviles; cuenten con nosotros”, comentó Andrés Medina, el jefe policial.

Con los ojos abiertos de par en par, los niños de la Casa Hogar Enríquez Gallo se emocionaban cada vez que uno de los perros hacía una maroma.

Si levantaba la patita: Aplausos. Si saltaba y atravesaba un aro de plástico, más aplausos. Las risas reventaban cuando el instructor policial informaba que los perritos estaban adiestrados para detectar a los niños no bañados. “Si es que no atraviesa el aro es porque no se bañó. Aquí tenemos un caso”.

Entre carcajada y carcajada, los menores también aprendían que no estaban solos, sino que hay personas que piensan en ellos y que siempre un abrazo es el mejor regalo.

La violencia que sufrieron las niñas de Alas de Colibrí era cosa del pasado mientras disfrutaban de la 'hora loca'. Bailaban, corrían y se abrazaban entre ellas.

La Casa Hogar de la Asociación Solidaridad Acción no se quedaba atrás. Los más pequeños, aún ajenos a sus fuerzas a esas edades, querían abrazar a Paquito Policía a quien terminaban estrangulando. Por suerte él es solo un títere. 

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Con los perritos, los niños tenían más cuidado. Algunos los besaban, otros los acariciaban y todos querían fotos para recordar ese momento tan ameno. 

Así, entre brincos, risas y sobredosis de golosinas, los niños, algunos sin sus padres, lejos de sus familias o sin sus hermanos, recibieron un Feliz Navidad y muchos ladridos.