Quito

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Hernán Mendoza desapareció el pasado 26 de enero de 2024.Cortesía

Así operaba la banda que desapareció a Hernán Mendoza en Quito

Así lo relató Franklin el conductor del taxi involucrado en delitos de robo.

A 20 días de la desaparición de Hernán Mendoza, de 30 años, su familia continúa sin respuestas y exige a las autoridades una búsqueda más amplia y efectiva. El joven fue visto por última vez en el sector de La Pradera, al norte de Quito, el 26 de enero.

El 14 de febrero, familiares y amigos de Hernán se manifestaron en la Plaza Grande. Con pancartas para exigir al Gobierno respuestas y un mayor esfuerzo en la búsqueda del joven. 

Franklin, conductor del taxi fue detenido el 10 de febrero. Las investigaciones lo vinculan a una banda dedicada al robo con escopolamina. En su primera versión, el taxista reconoció haber participado en la desaparición de Hernán junto a dos cómplices.

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Según el relato del taxista, el 26 de enero, Hernán y un amigo subieron a su taxi. Ambos fueron drogados con escopolamina y luego conducidos a cajeros automáticos para sustraer dinero. Sin embargo, no lograron su objetivo y, finalmente, los abandonaron en el puente de Guápulo.

El taxista detalló que le pagaban 50 dólares para escopolaminar  a personas que salían de bares de la zona rosa y robarles. Este no era el primer caso, pues – según la Policía– la banda operaba desde hace un año abordando en el taxi a personas que salía de bares.

Este taxista cumple prisión preventiva mientras dura la etapa de investigación de 90 días de este caso, en el que se lo procesa por "desaparición involuntaria".

Esta banda delincuencial operaba principalmente los fines de semana, entre viernes y sábado.  Las investigaciones arrojan que la banda operaba a través de dos hombres que eran los encargados de abordar a jóvenes, tras ganarse su confianza hacían que ellos beban licor contaminado con escopolamina.

Luego intervenían personas como el taxista, Franklin A., que en sus taxis trasladaban a las víctimas a cajeros automáticos para retirar el dinero de sus cuentas.

Después de perpetuar el robo las víctimas eran abandonadas en distintos puntos de la ciudad como: el parque La Carolina, el Centro Histórico o el sur de Quito.

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