Quito

Nayón ventas
EL día de la consulta popular, la calle Jaime Roldós se llenó de vendedores de comida.Foto: Ángelo Chamba

Jaime Roldós, la calle de Nayón que se transforma con la consulta popular

Cuando hay procesos electorales, decenas de vendedores se instalan en la vía de Nayón

En los tres últimos procesos electorales, la calle Jaime Roldós, en Nayón, se ha transformado en un lugar muy transitado y lleno de comerciantes que venden comida.

Hornado, mollejas, tortillas con caucara y 'comibebe' son algunos de los manjares que se ofertan en el lugar, que está a pocos metros de la Unidad Educativa Once de Febrero, uno de los dos recintos electorales que hay en la parroquia rural del Distrito Metropolitano de Quito.

Las familias aprovechan el proceso de consulta popular y referéndum de este 21 de abril para generar ingresos extra Un caso es el de Daniela Pillajo, de 22 años. Afuera de un terreno propiedad de su tía colocó una parrilla para vender choclos, mollejas, papas... También puso tres pequeñas mesas para la comodidad de sus clientes.

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La joven estudia en la universidad y aprovechó las votaciones para ofertar la comida. "Es una oportunidad para tener un dinero extra; quiero ahorrar y ayudar a mis padres a pagar mis estudios", comenta.

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Daniela no estaba sola, a su idea de emprendimiento se sumaron sus padres, su prima y su tía.

Desde las 07:30, Rita Quishpe se ubicó en la misma calle, en un terreno baldío de su prima. Allí instaló una carpa y tres mesas para vender tortillas con caucara. Es la tercera vez que ocupa ese espacio.

Quishpe comenta que los años anteriores las ventas fueron buenas y este han bajado, pero tiene la esperanza que antes de que concluya el proceso haya más compradores. Su negocio principal está ubicado cerca del parque central de Nayón, donde está el recinto electoral de la escuela Costa Rica. Los alrededores de la institución también se llenan de vendedores que ofrecen toda clase de platillos.

La esposa de Marcelo Jiménez vende 'comibebe' en esa zona todos los días. Cuando hay procesos electorales, pese a que hay más competencia, asegura que las ventas son altas.

Para obtener un poco más de ingresos, Jiménez dejó este domingo su trabajo como taxista y fue a la Jaime Roldós. En el lugar colocó un coche sobre el que había un balde grande con la bebida.

María Pinto vive en la zona desde hace cinco años. Menciona que desde que se habilitó el recinto en la escuela Once de Febrero, hace dos años, decenas de vendedores se toman la calle. Para obtener un espacio deben tener el permiso del dueño del terreno o la vivienda.

"Es una situación esporádica, por eso no hay problemas. Los vendedores deben dejar limpio el lugar que ocupan y se retiran", dice María.

Para Michael Villegas, de 25 años, quien oferta gelatinas, es una oportunidad para tener un ingreso, aunque sea pequeño, para su hogar. "La situación es difícil y aquí por lo menos saco para unos días de comida", sostiene.

En la escuela están habilitadas para votar aproximadamente 4.000 personas en 16 juntas.

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