Quito

TRANSPORTE
Demora. Usuarios deben esperar entre 20 y 30 minutos por el arribo de buses en algunas frecuencias.René Fraga

Los dilemas del transporte público

Desde los tiempos de espera hasta el irrespeto de la tercera edad, la inconformidad se traslada a los ciudadanos a quienes se ha subido la tarifa

Las visiones en cuanto a transporte público son distintas, pero la balanza se inclina hacia una percepción negativa.

Para quienes no puedan moverse con facilidad en el transporte público, el viaje resulta una travesía. Es el caso de Luis Balseca, quien sufrió un accidente que ahora le imposibilita caminar sin su muleta y que ha sufrido el irrespeto de los buseteros, quienes prefieren pasar de largo antes que tener que esperar hasta que suba por la escalera y llegue a su asiento. “A mí me ha tocado bajarme con la muleta al vuelo”, relata.

La situación es parecida para la tercera edad, quienes ya no tienen la agilidad que le permita un movimiento tan ágil. “A veces (los buses) tienen los escalones demasiado altos y cuando uno sube o baja es difícil”, señala. Algunos ciudadanos se lamentan, ya que aunque se quejen, de todas maneras no tienen otra opción.

Según la encuesta de percepción ciudadana Quito Cómo Vamos, el 46 % de los capitalinos utiliza los buses municipales para movilizarse y un 28 % utiliza buses de cooperativas privadas con frecuencia.

El tiempo de viaje más común varía entre los 16 y los 45 minutos, aunque hay un 17 % importante al que le tarda hasta una hora treinta llegar a su destino. “Y a más de eso, uno tiene que esperar 20 o 30 minutos hasta que venga el bus”, dice la estudiante Jéssica Cisneros, quien se encontraba en el parque El Ejido y debe llegar hasta Calderón.

A mí me robaron en varias ocasiones, ahora es peor, por eso prefiero caminar.

Yadira Paz, usuaria del transporte

Aunque algunos valoran al menos el llegar seguros, pese a que no todos corran esa suerte. “Hay gente que entra a los buses con cuchillos diciendo que salen de la ‘peni’ a pedir que les colaboren. Nosotros cogimos a uno de esos en el bus gracias a que el chofer no se detuvo. Hay que darles duro para que aprendan”, relata Yadira Paz.

Cuando se le pregunta si denunció este hecho responde “¿Para qué?”. Dice que la justicia no sirve de nada y que es una pérdida de tiempo. “Más se demoran cogiendo al ladrón y cuando va dicen ‘ah, se ha robado un celular, son menos de 200 dólares, es una contravención’ y ahí termina todo”.

La gente debe entrar a trabajar en un horario diferenciado para que no se congestione el sistema.

Rafael Carrión, usuario del transporte

Hay quienes llegan al extremo de preferir caminar antes que tomar el transporte debido a que se sienten más seguros, pero cuando toca ir lejos prefieren los buses, ya que la Ecovía y el Trolebús van muy llenos.

LARGA ESPERA

Algunos usuarios manifestaron que deben esperar entre 20 y 30 minutos en algunas frecuencias de buses, lo que dificulta calcular el tiempo que van a tomar sus actividades. Así se ve afectado el 37,7 % de los quiteños que se moviliza por trabajo, un 14,2 % por trámites personales y un 13,8% por estudios. También el tráfico en las horas pico trae un gran obstáculo, ya que un viaje de 45 minutos puede tomar más de una hora.

Maltratos

La poca consideración que tienen algunos conductores por las personas de la tercera edad o los discapacitados se refleja en los testimonios de quienes ven sus derechos vulnerados por buses que no se detienen cuando les hacen la parada. “Yo tengo a mi hermano que no puede caminar bien y nadie lo ayuda. El conductor aceleró y él se cayó, ahí recién lo cogieron del abrigo y lo metieron dentro del bus. Es un irrespeto total”, dice la usuaria Rosita Vega.

Inseguridad

El 37 % de los encuestados por Quito Cómo Vamos mencionó haber sufrido algún tipo de incidente relacionado con el transporte. De esos, un 36 % ha sufrido asaltos, el 27 % maltrato y el 25 % acoso, algunos han experimentado varias de las categorías. Las amenazas con armas blancas son frecuentes para quienes se suben en los buses. Ya sea en forma de intimidación o para cortar maletas y robar objetos sin ser notados.

36 % víctima de robo

El robo en el transporte público ha sido experimentado por un tercio de quiteños. Algunos prefieren tomar alternativas.

Una mirada a las tarifas desde fuera

Dicen que a veces hay que alejarse para tener una mirada diferente. El comerciante colombiano Arnulfo Díaz se mudó a la capital hace casi un mes y el sistema de transporte le parece “muy excelente” y “relativamente económico”, aunque se opone al alza de pasaje alegando que el Gobierno debería encontrar los medios para mantener las tarifas. En su país este servicio cuesta más del doble que en Ecuador, las unidades van congestionadas y la inseguridad es un problema apremiante.

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La tarifa de 35 centavos ya se aplica en el transporte municipal de Quito

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La realidad es que Quito tiene uno de los precios más bajos en comparación con el resto de capitales de Latinoamérica. Solo el sistema Trolebús y seis cooperativas que actualmente cobran 35 centavos superan el costo del pasaje en Ciudad de México y en Buenos Aires, que cobran 26 y 32 centavos respectivamente. En Bogotá, la tarifa del sistema integrado cuesta $ 0,64 y la del Transmilenio $ 0,69. En la capital peruana el precio es de $ 0,74. Mientras que los precios más elevados están en Montevideo, en $ 1 y en Santiago de Chile, donde puede costar entre $0,92 y $ 1,10, aproximadamente.

Al situarnos de nuevo en la capital hallamos que seis de las 47 cooperativas de transporte privadas han sido autorizadas a cobrar la nueva tarifa, por lo que el camino hacia el alza de pasajes todavía resulta largo. Sin embargo, estas deberán cumplir 36 parámetros antes de cobrar el nuevo precio.