Quito

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Esta es la represa Rumipamba, los vecinos sienten temor de que exista un colapso o desbordamiento del agua por las constantes lluvias y se forme un aluvión.Cortesía

Los aluviones se pueden evitar con una limpieza permanente

Sectores como La Primavera también exigen atención. En Quito hay más de 150 zonas susceptibles a movimientos en masa 

La tranquilidad que reinaba en el barrio La Primavera de Las Casas, ubicada en las faldas del Pichincha, se ha visto truncada desde la tarde del 2 de abril, producto del aluvión que se originó por el desbordamiento de la quebrada el Tejado, en La Gasca.

El fantasma de un posible colapso de la represa construida en la quebrada Rumipamba mantiene en vilo a los habitantes del sector del noroccidente de la capital.

José Luis Cabezas, un residente de La Primavera de hace 45 años, describe cómo la represa, que solía ser un espacio de recreación para los vecinos, se transformó en un depósito de agua en cuestión de horas debido a las intensas lluvias del martes.

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El agua llegó hasta el tope de la represa. Hay temor de un eventual desbordamiento debido a las aperturas del canal. La situación ha generado un clima de intranquilidad constante, a pesar de las garantías de las autoridades sobre la estabilidad de la estructura.

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El muro de un edificio cayó sobre las viviendas que también se afectaron por el lodo.Angelo Chamba

Miriam Tupiza, dirigente del barrio, resalta que la represa, construida en 1998 para contener los lahares del Guagua Pichincha, nunca antes se había llenado. La preocupación se extiende no solo a la contención del agua, sino también a un derrumbe en la parte alta de la ladera, generado por las lluvias. Allí se acumula lodo y piedras. La falta de una casa barrial y un punto seguro agrava la situación de las familias que se verían afectadas si en algún momento esta represa llegase a colapsar. Alrededor de 50 a 60 viven al pie de la quebrada representan una fracción de los 5.000 habitantes de la zona.

El alcalde Pabel Muñoz aseguró que, desde 2022, el Municipio de Quito ha realizado acciones preventivas y de mantenimiento. En su explicación, dijo que hay tres puntos a los que hay que prestar particular atención: la quebrada de El Tejado, Rumipamba y La Pulida.

“El fin de semana se trabajó en Rumipamba y la mañana del martes se hizo una limpieza rutinaria”, como medida preventiva.

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Sin embargo, vecinos y expertos coinciden en cuestionar la gestión de las autoridades. Consideran que la Alcaldía solo toma medidas una vez que pasa la emergencia y exigen que, a raíz del nuevo aluvión, se genere una comisión que esté monitoreando permanentemente estos lugares considerados de riesgo.

Además recomiendan tomar medidas preventivas para evitar que este tipo de situaciones se repitan en el futuro. Así lo menciona Andrea Flores, quien vive en el sector de La Gasca.

Ernesto Fonseca, subgerente de Saneamiento de la Empresa de Agua (Epmaps), señala que la estructura actual está diseñada para estos eventos y no hay el riesgo que colapse. “Estamos con una bomba tratando de bajar el nivel del agua en caso de crecidas y que así tenga mayor capacidad el embalse para que no se acumule el agua”. Además, se efectúa una revisión de la estructura de control del agua para que no haya represamiento y se genere un desbordamiento hacia la ciudad.

Expertos conversaron con EXPRESO sobre las acciones que debe tomar ahora el Municipio y las futuras autoridades para evitar estos desastres naturales.

Cristian Rivera, gestor de Riesgos, sostiene que es imposible que no se vuelva a repetir un aluvión. “Es una zona de aluviones porque existe un sistema de quebradas de desfogue de las aguas que caen de las faldas del volcán Ruco Pichincha”.

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Este era el panorama de la represa antes de las lluviasAngelo Chamba

No obstante, para evitar una nueva emergencia, el Municipio debe realizar obras de mitigación, estructuras con cálculo a lluvias extremas que se están dando producto del cambio climático, pues “las estructuras de captación que se hicieron hace 50 años, inclusive hasta 100 años, ya no sirven”.

Se debería implementar un sistema de alerta temprana donde participe la comunidad con tecnología y conocimiento. Se requiere una preparación comunitaria para saber qué hacer ante estos eventos, planificar con base en pronósticos, añade Rivera.

Por su parte, Vladimir Játiva, ingeniero Geológico, señala que la falta de mantenimiento en el desagüe de fondo del dique, una estructura crucial para el control del agua, ha sido un factor determinante en el aluvión del 2 de abril. Menciona que la bomba pequeña que se está utilizando para evacuar el agua en la represa de Rumipamba no es suficiente para el volumen que se necesita. Esto genera preocupación entre los residentes. El experto asegura que, si bien existe temor de que el dique pueda sobrepasar su capacidad, la estructura de hormigón no se vería afectada por la sumersión. Descarta un peligro de que el dique se destruya.

Propone dos medidas fundamentales para evitar que se repitan este tipo de tragedias: Una es la evacuación de sedimentos. El embalse, al ser pequeño, debe ser limpiado con frecuencia para mantener su capacidad de almacenamiento y regulación del agua. La otra recomendación es el estudio y construcción de obras de evacuación. Cree que es necesario realizar un análisis técnico para determinar las mejores soluciones para desviar el exceso de agua de lluvia a otros lugares.

Gustavo Rueda, residente de La Gasca desde hace ocho años, conoce de primera mano el dolor y la incertidumbre que genera un aluvión. Es la segunda vez que enfrenta una emergencia de este tipo, y su voz se alza para exigir medidas preventivas por parte de las autoridades.

El vecino insiste en la importancia de un mantenimiento preventivo de los cauces de la quebrada. “No podemos esperar a que ocurra una tragedia para actuar”, afirma con vehemencia. “Las autoridades deben dar directrices claras para realizar tareas de forma regular y efectiva”.

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