Runapag Shungo: La resurrección de la música ancestral en Riobamba
El grupo se reunió después de 50 años para presentar su repertorio
Una variedad de instrumentos autóctonos y latinoamericanos, como flautas, quenas, dulceinas, rondador, pingüillo, tambor, guitarra, charangos, armónica y rondín, volvieron a sonar en las manos de la agrupación Runapag Shungo. Esta mezcla de sonidos crea una afinación única que refleja la riqueza de la música andina.
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Leer másRunapag Shungo se reunió después de 50 años para presentar su repertorio en la Plaza Roja de Riobamba, junto a la Orquesta Sinfónica de la ciudad, en una delicada fusión de música autóctona y académica. Este evento formó parte de las celebraciones por los 204 años de emancipación política de la Sultana de los Andes.
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“Se preparó una puesta en escena desde la visión de interculturalidad con el grupo Runapag Shungo, conocido como el corazón del pueblo, que son músicos autodidactas, dedicados a la música autóctona, especialmente relacionada con el Pawkar Raymi”, indica José Parco, técnico del departamento de Cultura del GAD Riobamba.
Fusionados con la Orquesta Sinfónica de Riobamba, coros y voces quichuas de diferentes parroquias, también estuvieron acompañados de la coreografía del Grupo Ballet Internacional Pucaicha, además de la participación de otros artistas como Félix Quito, cantautor quichua.
PRESERVAR LA MÚSICA AUTÓCTONA
La agrupación, originaria de la comunidad Pulucate en la parroquia de Columbe, Cantón Colta, ha sido un pilar en la preservación y difusión de la música autóctona de las comunidades indígenas de Chimborazo. Martín Malán Caranqui, uno de los miembros fundadores y su director, recordó los inicios del grupo en 1975 y sus primeras grabaciones en 1980.
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Leer másLa música de Runapag Shungo se caracteriza por sus letras en Kichwua que celebran el amor, la cosecha, el trabajo comunitario (minga) y la belleza de las mujeres indígenas. Estas canciones han resonado en las comunidades durante décadas, convirtiéndose en un símbolo de identidad cultural.
Martín Malán ha participado en varios países, colaborando con grupos y músicos extranjeros, lo que ha enriquecido aún más su repertorio. Además, está trabajando en la escritura de libros y cancioneros para que los jóvenes no solo escuchen y bailen la música, sino que también comprendan el significado detrás de cada canción. Sus letras narran historias de unidad, familia, comunidad y celebraciones tradicionales, mezclando elementos históricos y culturales que ayudan a preservar sus costumbres y cosmovisión.
Los coros de mujeres kichwas han evolucionado gracias al apoyo de instituciones y autoridades. Las canciones que interpretan son a menudo creaciones originales de Malán, como 'Amapolita', una de las aproximadamente 300 canciones que ha compuesto.
Martín Malán, de 68 años, comenzó a cantar a los 4 años, continuando una tradición musical que se remonta a 300 años en su familia. Su abuelo, músico y maestro, enseñó a las generaciones siguientes, perpetuando el legado musical a pesar de las adversidades, como la erupción del Tungurahua y la represión cultural en las haciendas.
Hoy, Runapag Shungo sigue siendo un faro de la música ancestral, uniendo generaciones y culturas a través de sus melodías y letras, asegurando que la rica herencia musical de los pueblos indígenas de Chimborazo perdure en el tiempo.
A lo largo de los años, el grupo ha visto pasar a más de 200 integrantes, muchos de los cuales han continuado su carrera musical en otros proyectos. Malán menciona a Ángel Huaraca, conocido en el género de música chicha, como uno de sus exintegrantes.
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Leer másA pesar de los desafíos, incluyendo las críticas de algunos miembros de la comunidad evangélica, Runapag Shungo sigue adelante con su misión de preservar y difundir la música ancestral. "Respetamos a Dios, pero esto es parte de nuestro trabajo", afirma Malán, subrayando la importancia de su labor cultural.
En los últimos cinco años, Runapag Shungo ha visto un resurgimiento de interés en su música. Muchos jóvenes indígenas han buscado aprender de ellos, investigando y pidiendo enseñanzas. "Veo un nuevo interés y un orgullo por nuestras raíces ancestrales que antes no existía" expresa.
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