
El parque de Babahoyo que dejó de ser un espacio seguro para los niños
Inseguridad, abandono y nostalgia rodean un espacio emblemático infantil de la ciudad fluminense
“Es triste ver cómo algo que era tan bonito para nuestros hijos, ahora se ha convertido en un espacio peligroso. Yo ya no lo traigo más. Siento miedo, sentimos miedo”, lamentó Estefanía Pacheco, madre de un niño de seis años, al recorrer lo que queda del Parque Infantil de Babahoyo, ubicado en las calles General Barona y Pedro Carbo, en el centro de la ciudad.
El emblemático espacio de recreación, por años visitado por familias locales y turistas, actualmente se encuentra desolado: con juegos rotos, estructuras corroídas, heces de palomas acumuladas en el deteriorado castillo central y sin las banquetas que inicialmente tuvo.
El sitio, alguna vez lleno de risas y actividad lúdica, se ha convertido en un parque fantasma, por lo que padres de familia han optado por llevar a sus hijos al malecón nuevo, ubicado frente al Hospital Martín Icaza, o al parque lineal de la avenida 6 de Octubre.
“En ese histórico espacio ya no nos sentimos a gusto. Y es triste. Un parque es sinónimo de convivencia y también la razón para que esta exista. Son sitios de encuentro que favorecen a las familias, a las personas en sí, que son el corazón de un barrio. Pero en el Parque Infantil de Babahoyo ya nada se siente propio. Es como un rincón ajeno a todo”, reflexiona la ciudadana Melany Morán, madre de dos menores que ahora se distraen en el patio de su casa.
A la falta de mantenimiento se suma la inseguridad creciente: en el lugar es común la presencia de personas que consumen drogas, lo que ahuyenta aún más a las familias.
El castillo del Parque Infantil de Babahoyo será demolido
Ante esta crítica situación, el Municipio de Babahoyo, a través de su Dirección de Planificación, ha anunciado un proyecto de regeneración. Airton Álvarez, arquitecto del Cabildo, informó que el nuevo parque se llamará La Fábrica de la Diversión, y que la propuesta contempla una intervención integral con una inversión cercana a los 600.000 dólares.
El proyecto incluye la demolición del icónico castillo, que será reemplazado por una nueva estructura con accesos renovados, áreas de juegos inclusivos y un cerramiento modernizado. “Se trata de un parque diseñado pensando en los niños, con asesoría de especialistas en psicología infantil para garantizar que los juegos estimulen adecuadamente su desarrollo”, indicó Álvarez.
La obra forma parte de una estrategia de recuperación de espacios públicos, similar al Parque del Conocimiento, que se construye en la prolongación de la calle Juan X. Marcos, cerca de la lotización Arreaga.
Las autoridades esperan iniciar la ejecución de La Fábrica de la Diversión a finales de 2025, si no se presentan inconvenientes en la asignación de recursos o en el proceso de contratación. Mientras tanto, la ciudadanía sigue esperando que el lugar vuelva a ser seguro, limpio y digno para la recreación de los más pequeños.
El anuncio ha llamado la atención de algunos ciudadanos. Muchos, si bien están de acuerdo con que el parque sea regenerado, proponen que el castillo no desaparezca.
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“Ese tradicional castillo ha sido parte del parque desde siempre, y por lo tanto es parte de su identidad. Me encantaría que se lo mejore, pero no me gusta la idea de que el castillo se esfume. Ahí jugamos muchos, imaginamos cuentos, un sinfín de fantasías. Debería quedarse. Cambiar y mejorar el resto, pero el gran castillo debería quedarse”, opinó Eduardo Vélez, quien vive en la zona.
Para Katherine Samaniego, docente y residente de Los Ríos, un punto vital a tener en cuenta son las áreas verdes. “A este parque siempre le ha faltado sombra. Sería ideal que haya árboles de todo tipo: florales, de copa grande, que emanen olores que uno disfrute. Toda esa experiencia es positiva”, reflexionó.
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