
La lisa, un bocado con sabor a nuestras raíces en El Morro
La cultura y el turismo son motores de desarrollo de los pueblos
En medio del aroma a carbón y aliños ancestrales, la comunidad costera de El Morro en la provincia del guayas, recibe a cientos de visitantes que llegan atraídos por algo más que un plato típico: el alma de una tradición viva: la lisa. En el XIX Festival de la Lisa desarrollado el pasado 3 de mayo, una experiencia que entrelaza gastronomía, cultura y turismo comunitario, en un escenario natural donde los delfines custodian la entrada dijo Janina Vega, una de las organizadoras de este evento, con el ecoclub los Delfines.
A orillas del estero, en la explanada del ecoclub, el fuego se encendió en las 19 cabañas de los emprendedores locales. Allí, la lisa asada al carbón, marinada con un aliño molido a mano como en los tiempos de las abuelas, que, al decir de Cristian Anastasio, presidente del ecoclub los Delfines, se convierte en la estrella de una fiesta que no solo llena los platos, sino también el corazón de quienes celebran la herencia de esta tierra.
Es parte de la historia de un pueblo
“La lisa aquí no es solo un pescado, es parte de nuestra historia. Cada bocado lleva el sabor de nuestras raíces”, dice Gina Consuegra, cocinera de generaciones, una de la emprendedora que prepara el verde asado que acompaña el plato principal.
Pero el festival fue mucho más que comida. Fue un punto de encuentro donde los niños pintaron el paisaje que los rodea, los artistas locales subieron al escenario con ritmos autóctonos, y se eligió a Gislaine Ramírez Morales como señorita Festival de la Lisa.

“Quienes nos visitan se llevan no solo el sabor, sino la historia, la calidez y el encanto natural de El Morro”, dice Lorgia Vega, gestora cultural y una de las voces detrás de la organización del evento. Además de las actividades artísticas, los turistas hicieron un recorrido por el estero, donde los delfines acompañaron el viaje como guardianes de este paraíso escondido.
El festival, impulsado por la Asociación Socio Ambiental Ecoclub Los Delfines, el Ministerio de la Mujer y con el apoyo de instituciones locales Y nacionales, es un ejemplo de cómo la cultura y el turismo pueden ser motores de desarrollo cuando parten desde lo más auténtico: la gente y su territorio, enfatiza Vega.
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