
Fervor y devoción en la salida de la Virgen de El Cisne rumbo a Loja
Desde tempranas horas de la madrugada, cientos de devotos se reunieron en la parroquia El Cisne para acompañar su partida
La parroquia El Cisne, ubicada en la provincia de Loja, despertó con una gran afluencia de fieles que llegaron desde distintas regiones del país para participar en el inicio de la emblemática peregrinación de la Virgen de El Cisne. Desde las 06:00, la basílica se convirtió en un punto de encuentro espiritual donde cientos de devotos se unieron en oración antes de comenzar el trayecto hacia la ciudad de Loja.
La ceremonia de despedida fue oficiada por monseñor Walter Eras, quien en su homilía hizo un llamado a fortalecer los lazos familiares y a orar por la paz del Ecuador en medio de tiempos difíciles. Su mensaje caló hondo en los corazones de los asistentes, quienes lo recibieron con fervor y esperanza.
Concluida la misa, la imagen de la Virgen fue colocada en su anda, marcando el inicio del recorrido de 21 kilómetros hasta San Pedro de la Bendita, primer destino del día, al que se preveía llegar en horas de la tarde.
Promesas que caminan
Miles de devotos acompañaron la caminata, muchos de ellos motivados por promesas cumplidas o peticiones especiales. María González, quien viajó desde Cuenca junto a su familia, relató emocionada: “El año pasado, mi hija superó una enfermedad muy grave. Le pedí a la Virgen que la protegiera y hoy estoy aquí, cumpliendo mi promesa”.
Otro peregrino, José Romero, oriundo de Santo Domingo, compartió que realiza esta caminata anualmente como acto de fe para pedir prosperidad en su trabajo. “La fe mueve montañas. Siempre que siento que todo está perdido, la Virgencita me guía”, expresó, mientras sostenía un rosario.
Para muchos jóvenes, esta romería representa también un espacio de conexión espiritual. Andrea Castillo, estudiante universitaria de Loja, comentó: “Caminar junto a la Virgen me da tranquilidad. Aprovecho este momento para reflexionar y pedirle fuerza para seguir adelante”.
Un legado que se hereda
Durante todo el trayecto, se vivió un ambiente de devoción marcado por cánticos, rezos y la música de bandas populares. Familias enteras, incluidas aquellas con niños pequeños, recorrieron el camino juntas, reafirmando que esta tradición se mantiene viva a través de las generaciones.
En cada tramo, los habitantes de las comunidades ofrecieron alimentos y agua a los caminantes, mostrando un espíritu de solidaridad que también es parte fundamental de la romería. Este acompañamiento colectivo destaca el profundo valor cultural y religioso de una tradición que se ha mantenido vigente por más de cuatro siglos.
La imagen de la Virgen continuará su recorrido durante los próximos días, con llegada prevista a Loja el 20 de agosto. Allí será recibida con celebraciones religiosas, actos culturales y una multitud de fieles, en una de las manifestaciones de fe más significativas del país.
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