Babahooooyo
Barreiro Nuevo, Babahoyo.,TATIANA ORTIZ FRANCO

Un barrio de Babahoyo clama ayuda por polvo, baches y falta de alcantarillado

Los habitantes de Barreiro Nuevo mojan las calles para que no se levante el polvo. El Cabildo aún no interviene 

En el sector 4 de Mayo, ubicado en la parroquia Barreiro Nuevo de Babahoyo, los moradores viven días difíciles. La vía principal, que conecta al Cerro Cacharío y a la parroquia La Unión, se ha convertido en un tormento cotidiano.

Comiendo polvo

Tras la inauguración de la ruta por parte de la Prefectura, el flujo vehicular aumentó considerablemente en esa zona, pero el último invierno dejó graves secuelas, grandes baches, charcos con agua estancada y capas de tierra seca que ahora se han convertido en nubes de polvo que cubren a diario las viviendas.

El habitante Isidro Vergara cuenta que “el invierno pasado fue devastador”. Recuerda que los callejones quedaron destruidos por las lluvias, formándose huecos profundos donde el agua aún permanece estancada, mezclada con residuos de quienes usan lavadoras en sus casas, pues tampoco cuentan con alcantarillado pluvial que desfogue esas aguas. “Tenemos que sortear los charcos para poder salir, no hay por dónde caminar”, comentó.

Polvo
El polvo se levanta con el paso de los vehículos.TATIANA ORTIZ FRANCO

En otro tramo, la situación es opuesta, pero igual de grave. Allí el polvo se ha convertido en enemigo diario de Graciela García, quien tiene una pequeña tienda, y explicó que debe limpiar varias veces al día. “El polvo entra y se posa en todo. Me causa alergias, me enferma. A veces riego agua afuera para que no se levante tanto, pero ni así se controla”, dice mientras acomoda los productos cubiertos por una ligera capa gris.

María Banchón, otra moradora, relata que ya han pedido al Municipio una intervención, aunque sea mínima, que les permita mejorar su calidad de vida hasta que se ejecute una obra definitiva. “Pedimos aunque sea que pasen una motoniveladora, que compacten la calle, que rieguen agua con un tanquero, algo que nos ayude mientras tanto. Pero no nos escuchan”, expresó con preocupación.

Los habitantes, desesperados por el constante paso de vehículos a velocidad, han colocado grandes piedras en los bordes de las aceras para obligar a los conductores a circular por el centro de la calle y así evitar que la tierra se levante o que las piedras sean lanzadas hacia sus viviendas, pues ya han ocurrido incidentes.

¿Quién se hará cargo? 

Además, existe otro peligro que los mantiene en alerta: el exceso de velocidad con el que circulan muchos vehículos, principalmente pesados y livianos que usan esta vía como conexión rápida hacia la parroquia La Unión de Babahoyo. Los moradores piden con urgencia la colocación de reductores de velocidad o rampas de seguridad, ya que en la zona viven decenas de niños y diariamente circulan estudiantes hacia la unidad educativa cercana.

Como si esto no fuera suficiente, la falta de alumbrado público es otro problema que afrontan. Las noches son oscuras y peligrosas, tanto por la inseguridad como por los huecos que no se ven y causan caídas.

Ante estos reclamos, el alcalde de Babahoyo, Gustavo Barquet, durante su última intervención pública en la parroquia Barreiro, con motivo de su aniversario, anunció un paquete de obras que incluye la intervención de calles principales para conectarlas con el asfaltado recién inaugurado por la Prefectura. Es decir, la construcción de aceras, bordillos, cunetas, asfaltados, repotenciación de todos los sistemas de aguas servidas, aguas, lluvias y agua potable.

Sin embargo, hasta el momento, este proyecto se mantiene en proceso de contratación, mientras la comunidad sigue esperando.

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