Vencer el miedo

Así, protegidos, la condición crítica de la economía hace indispensable entender que sin trabajo decae la economía y sin buena economía no es posible lograr buena salud.

Un reciente editorial de Expreso llamaba a “vivir sin miedo”. Reflexionando sobre el tema, dado el cúmulo de circunstancias adversas en el que se desarrolla la vida nacional, es natural que los ciudadanos sientan todo tipo de temores. Esa sensación es un mecanismo de defensa de lo psíquico y de lo físico para prevenir que ella se concrete en hechos negativos.

Además, vivir sin miedo puede ser en muchas ocasiones apenas una manifestación de irresponsabilidad.

Cabe entonces volver a la cotidiana obligación de trabajar para producir, con todos los cuidados que las autoridades de salud aconsejen por delante, haciendo el esfuerzo de vencer el miedo. Ello sí es posible.Muchos ciudadanos heroicos han confesado que el valor no es sinónimo de no sentir miedo, sino la capacidad de dominarlo cuando se lo siente. Y una poderosa razón para lograrlo siempre ha sido el afán por cumplir con los deberes que cada uno tiene asignados.

Queda claro, por lo demás, que tres medidas sencillas permiten incorporarse a la actividad diaria sin riesgo de enfermar: distanciamiento físico, uso de mascarilla y lavado frecuente de manos. Así, protegidos, la condición crítica de la economía hace indispensable entender que sin trabajo decae la economía y sin buena economía no es posible lograr buena salud.