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No más tutelaje: liberar la producción

"Es hora de sacudir la modorra y actuarcon autonomía mental, dentro de la ética del mercado".

La pandemia le da la oportunidad a la empresa privada guayaquileña, puntualmente, y al sector productivo, en general, para soltar las amarras de la dependencia estatal y el tutelaje burocrático. Sucesivos gobiernos han probado que lo mejor que saben hacer es reclamar impuestos para su subsistencia, premiar a sus allegados, hacer negocios sucios, malgastar el dinero, y mostrarse incompetentes en los momentos de necesidad. La actividad productiva que genera el valor agregado no requiere de proteccionismo, tratamientos o regímenes especiales. Lo que sí requiere, y los gobiernos no le otorgan sino a regañadientes y siempre sujeto a la supervisión del Estado, es la libertad para producir, para calcular riesgos razonadamente, y para operar con reglas del juego que privilegien la seguridad jurídica.

Todo cambio de actitud requiere una mentalidad renovada que, lamentablemente, aún se muestra balbuceante pues predomina la timidez y la protesta tibia caracterizada por la corrección política. Es hora de sacudir la modorra y actuar con autonomía mental, dentro de la ética del mercado. Que el grito bicentenario sea el de la independencia de la capacidad creativa y organizativa de los productores.