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Los silencios de la alcaldesa

"La ciudad evidencia una lamentable falta de mantenimiento y la ausencia de un plan maestro que incorpore las nuevas necesidades generadas por la realidad que se vive..."

La alcaldesa calla, aunque su silencio es selectivo, pues hace constantes declaraciones sobre medidas para controlar la propagación del coronavirus. Pero la ciudad no solo está afectada por la pandemia: la delincuencia está imparable y hay un notable y sostenido deterioro de su infraestructura en general. A los baches en las calles, juntas separadas en pasos elevados vehiculares, pasos peatonales sin iluminación, se suman los adoquines levantados y las veredas hostiles para las personas con discapacidad o incómodas para el ciudadano que se moviliza a pie por haberse vuelto más angostas, paradójicamente producto de la regeneración urbana.

La ciudad evidencia una lamentable falta de mantenimiento y la ausencia de un plan maestro que incorpore las nuevas necesidades generadas por la realidad que se vive: transporte público eficiente, ciclovías, implantación de parques y amplias áreas verdes donde la población pueda practicar deporte y recrearse en espacios abiertos.

Sin embargo, nuevos parquímetros han aparecido en Urdesa, pero… ¿hay alguna contrapartida para los contribuyentes, como vigilancia de los vehículos para evitar su robo y el de sus accesorios? La ciudadanía paga impuestos, tasas, etc., que deben retribuirse con obras y servicios palpables y efectivos. Se esperan respuestas.