Señales equívocas

"Ha pasado el primer mes y las declaraciones del ministro de Finanzas no están alineadas con el sentido de urgencia que dio el jefe de Estado. Refleja una posición fiscalista. Insiste, casi exclusivamente en subir impuestos"

Las señales equívocas alimentan la incertidumbre y erosionan el capital político. El presidente fue, en su momento, enfático en afirmar que el tema tributario sería atendido desde el primer día. Ha pasado el primer mes y las declaraciones del ministro de Finanzas no están alineadas con el sentido de urgencia que dio el jefe de Estado. Refleja una posición fiscalista y en su discurso enfatiza que hay que subir los impuestos. Su vínculo doctrinario con el FMI es lo suficientemente fuerte como para tener que admitir que el problema es un nivel de gasto insustentable. En un medio donde el 10 % de los contribuyentes paga más del 90 % de los tributos recaudados directamente, cualquier planteamiento de ampliar la cobertura tributaria suena hueco. Finalmente, el problema del inadecuado manejo fiscal se transmite al nivel local donde el pago del impuesto patrimonial no tiene contraparte en obras y mejoras en la calidad de vida de la población.

El Gobierno enfrenta un tema que no es académico sino real; el fiscalismo se opone al crecimiento (que es donde radica la solución) y con dubitaciones se pierde el sentido de dirección cuando los ecuatorianos anhelan tener soluciones que cambien las expectativas.