El rescate del Salado

Es prioritario para los guayaquileños recuperar su naturaleza y contar con áreas verdes que les permitan tener una mejor calidad de vida’.

La alcaldía que logre rescatar al estero Salado realmente dejará un legado para la ciudad que trascenderá las generaciones. Guayaquil tiene una ubicación geográfica privilegiada que le permitiría convertirse en un polo turístico para públicos locales, nacionales y extranjeros. Rodeada por un río y un brazo de mar, tiene atractivos naturales que por la desidia de las autoridades y la irresponsabilidad de ciertas industrias y también de la población, se han deteriorado, al punto que los ramales del estero que rodean la ciudad se han convertido en focos de contaminación. Para intentar remediarlo se ha aplicado la técnica de la superoxigenación, pero hace falta una intervención que abarque una gestión integral de desechos, control y sanciones a descargas de origen doméstico, industrial y de aguas servidas y lluvias, reubicación de las familias asentadas en sus orillas, y un programa para reforestar el manglar y para educar a la ciudadanía en general a través de campañas masivas permanentes. Es prioritario para los guayaquileños recuperar su naturaleza y contar con áreas verdes que les permitan tener una mejor calidad de vida. Ello no es posible sin recuperar el Salado y es obligación de la Municipalidad y de todas las autoridades de medio ambiente velar porque este fin se cumpla.